jueves, 13 de enero de 2005

EL ATAQUE PERPETRADO POR UN MONSTRUO A ESTADOS UNIDOS EN EL AÑO 1962 Y QUE NUNCA SALIÓ A LA LUZ PÚBLICA. ( PARTE I ).


EL SUCESO FUE BORRADO DE LA MEMORIA COLECTIVA A TRAVÉS DE UN INGENIOSO DISPOSITIVO DE CONTROL MENTAL DIFUNDIDO POR LA TELEVISIÓN.



Es cierto, nadie es capaz de recordarlo. Fue borrado de la memoria colectiva, y lo olvidado de esa manera parece no haber existido. Pero quedaron algunos cabos sueltos. Recopilamos una serie de documentos inéditos ( que dicho sea de paso, podían meternos en un lío ) para hacerles llegar a ustedes la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad, acerca de este horripilante suceso. Atentos, porque la lectura de este artículo les va a poner los pelos de la nuca de punta ( y los pelos de otras partes también, sí ).

Todo aconteció en una tranquila mañana de Febrero del año 1962. Era un día despejado, una mañana en la que los pajarillos cantaban y todos eran muy felices. Esa felicidad tan empalagosa fué eliminada de un plumazo. La ciudad de Washington estaba siendo atacada por un horrendo engendro, una especie de bola gelatinosa cubierta de unos ojos que emitían rayos electricos de alto voltaje, sí, si no hubieran pruebas, quizás hasta nosotros no dariamos fe a lo que contamos.

Los primeros testigos no daban crédito a sus ojos ( no daban crédito a nadie, porque eran unos banqueros bastante usureros ), bueno, la cosa es que la masa amorfa avanzaba sin freno internándose en la ciudad. Fueron alertados la policía, el F.B.I., la Guardia Nacional y un primo de Clint Eastwood ( que la verdad, no tenía tanto carisma como su pariente ) .

Bueno, que en definitiva, ya teníamos el follón bien montado. Como podemos observar en la imagen adjunta, el infecto ente infernal ( no crean, esto de buscar tantos sinónimos cuesta... ) llegó a los alrededores del capitolio. Por fortuna, era día laborable y hora del desayuno, asi que no pilló a nadie dentro. Lo único que hubo que lamentar es que todos los aparatos electricos de los alrededores se descargaron, una pena, porque se perdieron cosas tan importantes como datos fiscales, resoluciones judiciales o unas partidas de tele-tenis de una de esas "consolas de videojuegos" tan antiguas.


Permanezcan atentos a este blog, en breve, la segunda parte de esta emocionante historia

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