lunes, 27 de diciembre de 2010

IDEAS PRESTADAS, POR SALVADOR DE PESTAÑA.


ESCALA EN DOLO MAYOR.

Efigios, sumarios, miniaturistas de la edad media...todos han compartido un gusto insidioso por el horror gráfico que me trae de nuevo ante esta palestra de público enmudecido y ausente. Un acuerdo tácito, rubricado para perdurar más allá de los años, de la piedra y de la pana. Pero permitánme ponerles en situación, para su adecuada absorción de conceptos. Bien es sabido que las mentes planas, tan en boga, no son compatibles con argumentos hilados con brillantez sobre la danza de tiempos verbales.

El galeno me tiene recomendado reposo, y si bien le hago caso, si hubiere recetado ejercicio al relente mi postura hubiese sido similar: sofá de orejeras, reposapiés rematadas con garras de león y flores de lis y la chimenea como todo entretenimiento de mis cansadas pupilas. Con el fin de ahorrar esta arde a base de propagandas de buzón, requerimientos notariales, felicitaciones navideñas y otros papeles fungibles. Crean columnas de tinta en combustión que han logrado desplazarme, en ocasiones, a derretidos parajes de imaginación, relojes flácidos y elefantes de cuatricomía. Pero eso sería un ego me acussare para otra ocasión. Un rebelde pasquín se desrpendió de la pila ardiente y fueron momentos de gran zozobra hasta que mi apreciado ayudante de cámara le atizó con el instrumento para tal fin, forjado en hierro, ante mi arenga de capitán de buque. Quise entrevistarme con tal rebelde instrumento de propaganda y allí pude observar la afrenta al orden natural que me trae a mal traer y a su vez me trae hasta esta línea, en que declaro, una vez más, mi odio incomprendido hacia objeto, animal o persona que tanto parece divertirles.

¿Qué sucede con las escalas en los juguetes? ¿Qué está pasando aquí?

En la propaganda prófuga se versan las maravillas de diversos juguetes destinados al entrenamiento manual de tiernos infantes, propicios para que en el día venidero la costumbre guíe sus muñecas a la hora de aflojar o apretar pernos en una cadena de montaje. No seré yo, menos representando a la familia que tuvo a bien engendrarme, criticar esos entrenamientos previos. Pero, ¿son necesarios juntar en el mismo envoltorio un grupo de soldados de rasgos inciertos de un palmo de altura y un avión de transporte que no le llegará a la cintura? Esa es la estampa del mundo que queremos transmitir a los que de él nada conocen. ¡Soldados a horcajadas sobre aviones de toberas taponadas, rebabas de plástico y ruedas sujetadas con un endeble alfiler! Completado con armas de uso personal, de cañón ciego y destinadas, por su insultante tamaño, a compartir entre varios numerarios de ese ejército de mofa, befa y escarnio. ¡Vehículos de cuatro ruedas que bien pudieran servir de patines, señores y esposas!

¿Cuán distante se encuentra la respuesta de los cuerpos educativos, los tutores y el gobierno todo? Cuánto daño a la escala, al status quo, a la razón misma. Flaco favor al absurdo. Hombres de acción provenientes de dimensiones distintas a los vehículos que pilotan. ¿Qué guerras tendremos en el día de mañana? Batallas dirigidas por aquellos que, en recuerdo del juego, pretendido inocente, sobre el frio y duro suelo, enviarán a cuatro soldados acarreando un camión de carga mientras lo adelanta un cazabombardero propulsado por las piernas de un piloto vestido de indio. Mezclas, ¡todo lo arregla el pensamiento moderno con amalgamar churros y molinos!

Sepan que por aquí no paso. Si vuelvo a ver reflejado en algún medio tamaña saña que daña las entrañas, voto a tal que las estanterías de las jugueterías se verían atacadas, vilipendiadas y mermadas a golpe de atizador.

La combustión de tintas compuestas me hace adquirir ritmos impropios en la prosa. Les dejo, aquella elefante albina parece pedirme un cha-cha-chá y es algo que un señor de mi educación no puede negar.

Salvador de Pestaña.


viernes, 17 de diciembre de 2010

SÓTANO 71 EXPRESS.


 AUTOSECUESTRO A PUNTA DE CUCHARA ( de postre ).

Momentos de tensión fueron vividos ayer por la tarde a la hora del magazíne del corazón a las puertas del Banco Estrujador de Créditos. Tras el aviso de secuestro a la autoridad por parte de un comunicador anónimo con voz aflautada y propenso a pronunciar “puñetas” cada palabra y media, se personaron dos calles más arriba del lugar de los hechos fuerzas y cuerpos de seguridad del estado  así como el alcalde de la localidad por error, que declaró poco después “ví a mucha gente y pensé que era una inauguración de las de cortar cinta”.

El secuestrador, que responde al nombre de José Luisa Pómez si está atento a lo que se le dice, apareció ante la autoridad allí congregada advirtiendo que el secuestro tenía lugar un par de calles más abajo. Recogieron los bártulos y secuestrador y fuerzas del orden departieron amigablemente en el agradable paseo hasta el lugar físico de lo acontecido. Una vez allí la situación se tornó tensa y los responsables atendieron con papel y lápiz del dos las reivincaciones del secuestrador, que se apuntaba a sí mismo a la altura de la yugular con una cuchara de postre por la parte de meter el hocico. Sus peticiones eran simples y cristalinas “¡quiero un millón de helicópteros pequeños y sin marcar en una bolsa de plástico en la acera y un billete con piloto y gasolina en el aeropuerto, que ya le digo yo dónde nos bajamos!”.

La autoridad de intervención rápida, los Suguast, mandaron agentes a los tejados colindantes a razón de quince por minuto, consiguiendo tener una vista de la ciudad plagada de hombres de uniformes que se saludaban con la manita de lado a lado de la calle. Los expertos afirmaron temer por la integridad del asaltador “quizás logre rascarse el cuello y sacarse una bola de pelusa, o peor, de roña, que ya se sabe que si descuida uno la higiene la parte del pabellón auricular, se cría una pringue que asco da de verla “. Una vez detenido y despeinado de malos modos como dicta el reglamento, el agitador afirma en un momento de distracción de las autoridades “no quería yo dañar a nadie, por eso me he secuestrado solito y sin testigos, yo es para que me revisen el euribor a la baja, que lo llevo con mucha presión y en las cuestas de final de mes lo noto que me tironea”. Tal y como está la cosa, las autoridades esperan tal aluvión de imitadores que ríase usted del primer día de rebajas.

viernes, 10 de diciembre de 2010

OPERACIÓN POLICIAL CONTRA LOS MANTONES A SUELDO.

DOS CAMIONES LLENOS DE DETENIDOS Y CIENTOS DE ARRINCONADOS EN INCURSIÓN COREOGRAFIADA.

El Cuerpo Especial de Abogados de Oficio y Picapleitos de Guardia se encuentra movilizado al cierre con pestillo de esta edición. En la Guardería Oficial de la Abogacía se reparten vales de comida hasta nueve euros y los reporteros abrillantan sus micrófonos ante la que bien pudiera ser la mayor operación de las Fuerzas del Desorden en nuestro país. La pasada noche, mientras usted estiraba, despreocupado, las canillas bajo las mantas compostelanas, los aguerridos hombres, mujeres, cánidos y botas de cordones se enfrascaban en asestar el mayor golpe en la nuca del crimen organizado desde la desarticulación en el año ochenta y pico de los malvados traficantes de sellos usados en la ría de Ponteotracosa.

La operación ha sido fruto maduro de las investigaciones llevadas a cabo y rabo por los Reservistas Ordenapapeles del Juzgado de Segunda Distancia y Cercanías de la Audiencia Transoceánica. La operación policial tuvo lugar en la tapadera usada por la organización, sita en Mantones y Toquillas MariSosi, presuntamente situada en la confluencia de la avenida Fraile Euduviges con el Callejón de los Golfos Apandadores. Este grupo de extorsionadores fueron denunciados en reiteradas ocasiones por la comisión de Ferias y Congresos de varios ayuntamientos y por la Cossa Mostra por competencia desleal. Llevaban a cabo sus operaciones de poner la mano o de lo contrario sacar a pasear la otra en comercios poco vigilados: droguerías, talleres de recauchutado y librerías parroquiales. Su modus asaltante consistía en irrumpir en los citados establecimientos y otros lugares de esparcimiento cubiertos de unos característicos Mantones de Monilla. Allí requerían, siempre de manera educada, la presencia del encargado y en ausencia de este, abusaban del agarrar de la solapa, amedrentar el personal y tras relatar las características arquitectónicas únicas del edificio u local, poner pucheros y asegurar que “vaya pena si esto se echara a perder”. Dada la falta de capacidad de pillar amenazas veladas de los injuriados, sus métodos  fueron in crescendo ma non troppo, haciéndose fuertes volcando ceniceros, dando patadas a sillas y encendiendo y apagando la luz de manera sucesiva y molesta. Fuente de la fiscalía estiman en al menos cuarenta y dos euros la cantidad de dinero sustraida por este medio, según declaraciones de un funcionario tecleando con el meñique una calculadora de esas con rollito de papel que te puede imprimir factura. 

 El cerebro de la trama luce un cuco mantón sin flecos decorado
con motivos florales,  todo sobre una base de organdil.

Los presuntos malos y futuribles encarcelados han prestado declaración, a condición de que se les devuelva en buen estado, en el cesped del campo del Polideportivo Trabuqueño, dadas las estrecheces sufridas en las dependencias originalmente pensadas para tal fin, una caseta de obra en las inmediaciones del lugar del crimen. En este fue descubierta una habitación secreta camuflada bajo el hábil subterfugio de una puerta que rezaba “No pasar, aquí no hay nada”, en el que se han incautado, entre otros materiales, un revolver con cachas de nacar con las llaves puestas, dos fajos de billetes de cinco euros, gran cantidad de hilo de bordar, patrones, tiza de sastre, un maniqui sin brazos, dos sombreros de ala ancha tipo gangster, algunas peinetas y un ejemplar del semanario “Hampones con Crespones”, todo ello ordenado como manda la tradición, sobre una mesa de camping al que los agentes sólo hubieron de añadir un cartón con su emblema. 

Por el momento se desconoce si la operación ha sido cerrada, puesto que la policía sigue visitando mercerías intentando seguir tirando del hilo. El presidente vitalicio de la Liga Profesional de Balonazos ha sido el primero en querer felicitar a los cuerpos policiales y para tal fin se ha traido su propio fotomatón de casa. El Capitanísimo General de la Policía no ha querido hacer declaraciones por el momento al contrario que la fiscalía, a la que no nos ha interesado escuchar por las horas que estaban a punto de dar.

Salustio Bigardo desde la terraza-lavadero de su casa, a dos manzanas de los hechos.

viernes, 3 de diciembre de 2010

ESCENAS A 5 PESETAS (9)

Para que el respetable público no se quede a medias en la resolución de esta vital obra dramática. No olviden asentir y aplaudir, no necesariamente por ese orden.