sábado, 27 de abril de 2013

LE VIE POLITIQUE C'EST UN CARNIVAL

AVEC LA PRÉSENTATION D'UN ARTISTÉ, LE PRESIDENT

Guillermo Scatel. / Encajonated Press.

Éramos apenas un puñado de docenas de gentes afines al medio escrito los que teníamos conocimiento del difícil espisodio vital por el que pasaba nuestro Presidente del Contubernio. Siempre tiene a bien mostrarse cordial en el trato con el electorado, pero, ¡ay! En esos ojitos tristes flotaba un pesar, un anhelo. Dada la fantástica salud de la que goza nuestra economía, el subidón de la renta per cáspita y lo boyante de las arcas públicas, nuestro presidente Críspulo Tazones no encontraba ese reto en la gobernabilidad que demostrase a la opinión pública que no sólo es un avezado timonel de nuestro sino, si no que en tiempos de marejada es capaz de ofrecernos lo mejor de sí mismo. Los que bien le conocen y aprecian aseguran que se estaba dejando las coderas en buscar su hito. ¡Pero qué desagradecido es el servicio del que se dedica a la cosa pública cuando se navega en calma!

Este intríngulis, esta desazón en la cartera ministerial bien pudiera explicar los últimos acontecimientos acontecidos en la tribuna de oradores. En la última sesión de aplausos al gobierno Tazones ha mostrado su perfil más introspectivo. Sirviéndose de su turno de palabra ha ocupado su lugar en el estrado y pidiendo que le enfocaran con una luz cenital el presidente deshízose de su levita para sorpresa de los senadores allí congregados. Luciendo mallas blancas y camiseta de tirantas a franjas Tazones ha ofrecido una performance que muchos han venido en alavar como “el más bello gesto poético que en la cuna de la democracia se ha visto desde los tiempos de llamar a sesión rascando una lira”.

El número se ha desarrollado como sigue: tras acariciar una flor marchita extraida de muy cerca de su corazón, Tazones, con inequívoco gesto apesadumbrado, ha efectuado unos medidos aspavientos manuales, en el que el titular de Economía ha querido ver “una llamada al todo, un arremolinarnos en torno a un haz místico para así integrarnos en el relato”. El foco de luz ha seguido sus pasos en una sala entregada y llegado su escaño ha extraído unos globos de la parte inferior de su asiento. Algún díscolo de la oposición ha bramado por lo ensayado de la escena pero de inmediato ha sido abroncado de la peor manera posible: con la total indiferencia. Esos cuerpos gaseosos llevaban inscrita las palabras “amour, liberté et mon-amí”. Gráciles han volado hasta el techo del hemiciclo, donde al tomar contacto con las flechas de sioux que allí se conservan clavadas desde el Golpe de los Comanches del 76, han explotado derramando una fina lluvia de confetti plateado.

Tras ello Tazones ha interpretado una pequeña pieza al acordeón y como colofón final ha ofrecido, gentil, un corazón de cartulina a todos los presentes. El presidente, que en ningún momento ha abandonado su carácter de Pierrot de la política, ha respondido a los encendidos aplausos de la concurrencia saliendo a saludar hasta en cuatro ocasiones. “Ovación así no se recuerda desde que hace años decidimos no venir los viernes” comenta un aforado.

El gesto ha sido muy bien recibido por los mandatarios extranjeros, que ven en este tipo de arranques artísticos “una manera de mostrar que todos somos humanos”. El Fondo Profundo Intermundial ha propuesto que Tazones haga su número en la próxima reunión del Je-cientoypico a lo que este ha contestado “estaré encantado, pero cada momento es único y para la ocasión ofreceré otra visión, otra danza”. Preguntado por si incluirá sombras chinescas solo ha declarado con una sonrisa “eso será una sorpresa”.


domingo, 17 de marzo de 2013

CINE CHUSCO CINCO ESTRELLAS: “ALLIGATOR ON THE ELEVATOR!”


ASCENSOR EXPRESS DIRECTO A VIDEO…¡QUÉ BIEN TRAÍDO!

Con un ojo ve la cinta y con el otro toma notas Heriberto Bisoñé.

Resulta difícil triunfar en el farragoso género de las películas de bajo presupuesto destinadas a la sobremesa o a competir con los teletiendas nocturnos que, mire usted, contra una demostración de una cacerola-picadora no hay entretenimiento visual que se pueda comparar. Con escasos mimbres cuentan los profesionales del celuloide para convertir en un título decente dos páginas y media de guión, más un laif-motive o un modus-operandi. Transmutar ello en hora y media de acción apabullante con planteamiento, nudo estomacal y desenlace explosivo no es baladí. No todos los directores pueden salir airosos de este marrón-glacé y en el caso que nos ocupa los responsables han salido airosos con doble tirabuzón.

La productora Cute Monkeycat Films lleva a las pantallas este tandem desastre animal/hecatombe urbana con un reducido reparto que debe trabajar con ahínco y muecas raras para suplir la falta de extras. En el título que nos ocupa desfilan los rostros catódicos de Conchita Rimbaüer ( la azafata afónica de “Maletas Perdidas en Caledonia”), Mathew Matías ( jefe de pista amigo de la momia en “Payaso de Ultratumba con Cuchillo 7”) y Guest Starring ( un habitual del género al que recordarán como peatón en “Autopista de Peaje al Infierno”). El resto del reparto se funde con el decorado en un ejercicio de mimetismo sin precedentes en el inventito de los Lumiere.

La trama, como corresponde, es asimilada por el espectador medio en menos de lo que se tarda en decir “cinema-verité”. Un rico y mangoneante magnate plantea inaugurar un zoológico en la terraza de un rascacielo, todo acristalado y muy luminoso. Es remarcable el momento en donde se iza a un rinoceronte a base de polea, escena en la que se funde con maestría tomas del edificio y fragmentos de un documental de la sabana salvaje esa. Todo un ejercicio de diálogo meta-cinematográfico en el que se referencia al televisor como método de conexión con la naturaleza del ciudadano urbanita de a pie. El trio de protagonistas: un vendedor de sellos usados odiado por su vecino, un agente de policía desencantado con la ley de la gravedad y una joven universitaria con tendencia a la estridencia sensual cruzarán sus caminos en la cabina del ascensor. La entrada a este se transforma en una escena muda donde cada protagonista desvía la mirada a un punto distinto del escenario, clara denuncia del director ante la alienación que nos asalta al compartir espacios ajustados, donde las auras personales de los protagonistas se tocan, se estrujan. Hace aparición en el último instante un gran ejemplar de alligator floridiense.

Cabe aquí hacer un aparte ante el fantástico ejercicio de los guionistas de la cinta al introducir este elemento. El reptil entronca con nuestro cerebro más primitivo, retrotrayéndonos hacia comportamientos primarios, erigiéndose como personaje problemático del subsiguiente encierro y por ende, percutor del conflicto humano, aspecto que sin lugar a dudas mueve al director a la hora de rodar esta comprometida historia. 



Las denuncias orbitan alrededor de los 87 minutos restantes de encierro. El rescate de la fauna en un lugar sobre el nivel del mar (“ahí pondremos una piscina de bolas” pronuncia el magnate en un inserto fugaz, indicando dos lugares simultáneos como metáfora del desconocimiento del porvenir”), la tecnofilia asfixiante (“planta uno, planta dos” pronuncia sin inflexiones el ascensor, sin duda el quinto personaje ) y la denuncia a los mercados (“¿crees que cobraremos por esto” sugiere la universitaria convertida en voz en off fuera de plano ).  Una cinta con tantas lecturas como plantas quedan atrás en un ascensor desenfrenado y con un “monstruo” junto a los mandos.

Un aspecto negativo es la concesión al main-stream y el blockbuster veraniego en su secuencia final. Donde otros habrían resuelto el final con una alegoría al hermanamiento o un plano secuencia en blanco y negro de una cucharilla removiendo café en un plato, el director opta por un combate hombre contra animal. He de decir, eso sí, que personalmente me satisface el recurso de colocar un animal de goma en estas escenas y de que este artículo derribe la cuarta pared del ascensor, dejándonos atisbar por unos segundos un amplio descampado en un ejercicio simbolista como pocas veces se ha podido ver grabado en la cara brillante de un deuvedé. 


domingo, 24 de febrero de 2013

COTIZACIONES PARALELAS.


¿NUEVA SENTENCIA PODRÍA INFLUIR EN LA JUBILACIÓN DE TRABAJADORES INTERDIMENSIONALES? NO LO SÉ, SOLO SOY UN TITULAR.

Crónica leguleya de Serventesio Crispante.

Las discusiones acaloradas en el seno de los Reguladores de la Cosa esa de Trabajar mantienen en vilo al crucial sector de los profesionales del desfacer entuertos en realidades alternativas. El asunto se ha tomado en consideración tras la demanda por la vía de la patada en la puerta del Comendador Absorto, famoso luchador casi siempre en pos del bien. Próxima su edad de jubilación, ha decidido engordar la cuenta de su jubilación con los piensos proporcionados por sus correrías en descacharrantes universos paralelos.

Absroto a depositado su confianza en el gabinete de abogados Shock & Sparkles, por su amplia experiencia en litigios lindando con lo absurdo y por tener abiertas varias oficinas en sendos espacio-tiempos, lo cual facilita sin duda el papeleo interdimensional. Pancho Discafinatto, gerente de la firma en Tierra 4, ha tenido a bien ponernos al corriente de las particularidades del caso, ahorrándonos tener que inventarnos medio artículo.

“Nuestro cliente ha mantenido relaciones contractuales por cuenta muy ajena unas veces, motu proprio en casos de venganza y de forma automática sobre todo los lunes a primera hora. Si usted efectúa trabajos de chapa y pintura en Sebastopol y de neurocirugía podológica en Fernando Poo, es justo que esos periodos queden reconocidos en su vida laboral, cualquiera podría entenderlo. Bien, pues queremos aplicar ese modus-vivendi a los actos laborales efectuados en corrientes espacio-temporales paralelas o transversales a esta en la que nos encontramos, sea la que sea.”

Mundos chocarán, legislaciones se derogarán. Siempre añoraremos las bonanzas de antes de antes.
En el historial de hazañas del Comendador Absorto aparecen distinguidas gestas que dadas las reticencia de las corrientes temporales a mezclarse, son poco conocidas por el público en general. Remarcable fue su lucha contra el Contramaestre Arcipreste por liberar los patos cautivos de una granja de trabajos forzosos en Mundoprisión Betta. En palabras de Discafinatto “esperamos que la Magistratura tenga en cuenta que en el último momento nuestro cliente no puso demasiadas trabas a la libertad de los patos y patas de aquella opresiva factoría”. Absorto, tras un breve paso por Monsieurburg en el que se opuso con fiereza a un grupo músico-vocal de tendencias caníbales, jugó un papel esencial en la Guerra de los Cuatro Ratos. “En este caso nuestro representado ejercía de manera fija discontinua con un contrato de obra y servicio. Dado lo breve de la relación laboral no representará un aumento en su prestación, pero como le levantaron un momumento en Pepitoria XVI se ha puesto cabezón y quiere incluirlo, sobre todo por historial”. Profesor de zepelin-escuela, espadachín sobre patines, intracosmonauta en veranos sueltos y adventista semifinalista en el apocalíptico Té de las Cinco contra Queen Von Atila son solo algunas de sus correrías laborales. “Ha sido difícil reunir todas sus aventuras en un solo tomo, pero queremos facilitar las cuentas al Ministerio y que dado lo particular del caso, si echara en falta algún documento los quince días de plazo sean laborales en vez de los otros.”

Se han alzado algunas voces en contra de la cotización interdimensional. “Mister Togado”, defensor justiciero, ha considerado ante la prensa “la posibilidad de un efecto llamada a determinados villanos que quieran acogerse a este plan de jubilación o que quisieran completar sus respectivas cotizaciones dándose de alta en el plan de autónomos. ¿Queremos nuestro mundo lleno de malos? ¿No? Pues eso, que les dejo, que tengo jaleo con El Rapsoda, que mínimo voy a perder cinco horas en el monólogo anterior a las tortas”. 

Se espera que en breve haya una sentencia en firme que disguste por igual a todas las partes. Desde la adjudicatura se asegura que saldrá “en cuanto los dragones milenarios despejen la sala de plenos”.

domingo, 20 de enero de 2013

ESTO ES LA PERA.


FEATURING THE PEAR AS HERSELF.

Cabe preguntarse porqué el devenir de los acontecimientos viran a estribor en un momento dado y la historia queda marcada con rotondas por las que debemos circular para intentar desentrañar lo que nos lleva a ser hombres con bigote. Por corrección de género asignaremos mostachos falsos a las señoras presentes. Tres o cuatro días después de la apertura de este negocio llamado Tierra sus dos primeros inquilinos hubieron de optar por una decisión que, a la postre y de postre, marcaría la vida paralela de dos frutos. La perfidísima Eva dio a probar al intachable Adan una manzana. Y eso supuso un despido fulminante sin quince días de preaviso.

¿Acaso la pera, rival natural en el mundo frutícola, ha sabido aprovechar esta ocasión?. La pregunta puede parecer gratuita, pero el resto del artículo tampoco se lo vamos a cobrar.

En 1513 el ornitorrincólogo Edmund Apastelado disfrutaba de la sobremesa en una hostería de Pinchestein. La mesonera, audaz y tirando de curva lasciva, le presentó dos opciones para el postre: pera y manzana. Contrariado, pues en otros lugares de menús se solía incluir tarrina de helado y café, optó por la pera por razones ideológicas y de las otras. Apastelado, paladeando el peculiar y molesto grano de la fruta, proclamó “Pobre pera, que no da para más, aún si fuese la más rica pera del lugar”. Con rima asonante se enfrascó en un estudio inútil sobre la perología que lo tendría enclaustrado, ajeno a compañías y alejado de folletos publicitarios por un tiempo indeterminado.


Un acontecimiento científico desplazó del lugar de honor a la pera, elevando a los altares de la iconografía humana al fruto del pecado en detrimento de la sosainas con rabito. Sir Eduardo Nuevaton, con las canillas estiradas sobre el césped, da veracidad al mito del descubridor físico que da con la tecla porque un burro sopla la flauta. La manzana logró postularse como representación de la teoría de la gravitación,  ridícula pamplina heliocentrista que este que les habla detesta por lo pueril de su planteamiento. ¿Perdió la pera el tren de la historia?, ¿es suficiente el hecho de poder desprenderse de la copa de un árbol lo que eliminó a otras frutas igualmente útiles como la papaya, el pomelo del trópico o el melón de Benamejí? ¿Qué mefistofélicos amigos han ayudado a la manzana a alzarse, cual Alejandror Mango del reino de la macedonia, a ese inmerecido lugar de la historia?

Para cerrar el encendido debate que a buen seguro se habrá suscitado en sus hogares, repasemos en lugar que ocupa nuestra homenajeada. Su momento de mayor lucidez pasó en los estrambóticos y modernérrimos ochenta, con la expresión “eso está perita”, dicho en sentido positivo en boca de carrozones con total desconocimiento de la jerga callejera y niños tontuelos y almibarados a años luz del estirón. El escalón más bajo de su popularidad llega con la invención de la lavativa llamada “de pera”. Dada nuestra corrección periodística no profundizaremos en esta oscura acepción del término ni ahondaremos más en el estrecho túnel por el que pasa la popularidad del fruto.

Dediquemos un instante de reflexión con luz cenital peliculera con este verso que versa:

Quo vadis Pera?
 ¿Qué triste sino te espera?



Este artículo de Sediserio Fagapasta fue galardonado con el primer premio en las XVavas  Jornadas Periodísticas “Sacar de donde no hay: Retos para columnistas del presente siglo” celebrado en Pont de Tupart.