lunes, 28 de abril de 2008

CONSPIRADORES DE SALÓN.

MOLESTIAS DOMÉSTICAS CAUSADAS POR ORDEN CUASI SECRETA.

Todos vemos a las Órdenes Secretas, Claustros Infernales, Sociedades de Accionistas y otros clubes anónimos dedicados al sano ejercicio de la intriga como algo lejano, intangible o como un ridículo club de desocupados deseosos de conquistar el mundo o su barrio, según fines. Una señora de Rebordelillo de Miastras, provincia perdida y no reclamada, ha sufrido en sus propios cojines los efectos de estos tipos, amantes de la discreción, las reuniones a destiempo, el ocultismo y, según sus palabras, “los bollos y el café gratis”.

“Empezó una mañana tras sacudir la tele y ver las camas, cuando el vecino del sexto, cosa rara porque vivo en una casa de una planta, vino a pedirme por favor un huequecito del sofá para celebrar una reunión. Yo lo dejé solo, ese fue mi error, pues mientras alimentaba al canario y a la bicicleta estática, se reunieron en torno a la mesita de mi salón quince mil miembros de no sé que orden secreta, que no quisieron identificarse pero no les importó pedir otra rebanada de bizcocho”. Tal afirmación es vertida por la señora Talulah Pérez sin mediar pregunta de nuestro compañero. Es patente, pues, su ansia por contar sus verdades, quién le gusta y todas las cosas.

La Sociedad Secreta, un brazo escindido de un antiguo grupo de “Tocomocho TapperGüare” se reune, desde entonces, al amparo de la débil luz de veinte watios de la bombilla del salón de esta lozana mujer. “Son muchos sí, los domingos se nota el vacío del fútbol, pues esos días sólo vienen unos trece mil parroquianos y dejan un poco de espacio para estirar las pestañas”, afirma la susodicha, persiguiendo a nuestro enviado escaleras abajo, agobiado por las ansias de comunicarse de la estupenda señora.

Escondido nuestro compañero Cliff Headphone en el mueble bar de la vivienda, intenta asistir a una reunión secreta de esta sociedad secreta, menos secreta al comunicar el horario de sus reuniones en el tablón de anuncios del portal de la comunidad de vecinos, extraño sitio al vivir la señora Talulah en casa baja, pero. ¿quién sabe de arquitectura, usted o los boticarios?. Tras la botella de pacharán pasado, Cliff asiste a la lectura de los temas del día. “Dominación mundial encubierta, elección de nuevo Mesías, ruegos y pregunta y café con porras”. A fin de conseguir un efecto teatral, nuestro amigo intenta salir del mueble-bar con dedo de señalar incriminatorio, consiguiendo arrearle un portazo en la cabeza a un abogado de Cuenca, miembro honorario y con un magnífico gancho de derecha, para más inri ( y para más vendas esterilizadas ). Le deseamos una pronta recuperación y nuestros parabienes a los nudillos del insigne letrado.


En la trifulca nuestro nunca bien ponderado Cliff consiguió, en exclusiva, este documento
confidencial de alto valor. Y lo más escalofriante no es que firmen con sangre,
¡es que lo hacen con bolígrafo verde!¡Abyectos seres, yo os maldigo!


“¡No me importan que pasen las tardes aquí, así me hacen compañía, pero podían pagar un día la merienda!” grita Talulah a nuestro enviado, sin temor a que la oigan los trescientos Miembros Oscuros alojados en la terraza de su vivienda, a lo que nuestro entrevistador, sabiamente y con años de profesión en las axilas, hace caso omiso entablando conversación con medio ladrillo, cuajando entre ambos estupendo disimulo.
¡Cuidado!, otra orden secreta, tales como “Albañiles Sincronizados del Advenimiento”, los “Filatélicos Oscuros” o “Viuda de Satanás e Hijos” podrían instalarse en su casa de usted ( y del banco ) ¡e impedirle ver su programa de televisión favorito por estar celebrando una Misa Gris Parduzca!

Redactó con estilosa pluma y sin par donosura Gabriel Panchito Jhonsson.

domingo, 20 de abril de 2008

“PULSE ASTERISCO PARA SER AGREDIDO”.

DE LA SERIE: FRANQUICIAS QUE USTED LAMENTA NO HABER INVENTADO.

Viviendo en este mundo achatado por los cubitos, todos estamos someramente preparados para asistir impávidos a acontecimientos inusitados ante los cuales la tercera edad se ve obligada a replicar “pues eso no pasaba antes”. No es de extrañar, pues, la existencia de mercado destinado a todas las necesidades, recuerden si no la culta cita del insigne profesor Tragabarbas “¡hay mercao pa tó!”. A su vecino le gusta levantarse temprano los domingos y poner rumbo a lo que queda de monte dentro de unas botas de montaña. El señor de la esquina humedece sus lacrimales con bellas polkas coreanas y a usted puede que le guste el chocolate a la taza. Pero hay un grupo de individuos con gran poder adquisitivo que gustan de ser fustigados, por ejemplo, en la raíz de la nuca con un ramo de apio fresco. Y aquí llega una empresa, para ganar dinero a costa de estos últimos.

“Agresión express” es una compañía en auge dedicada al noble oficio de repartir palizas voluntarias entre sus clientes. Todo comenzó aquella bonita mañana de agosto cuando José Mutierrez, repartidor de la antigua “Transporte de Estupideces la Antequerana” accedió, mediante petición expresa y recompensa en metálico, a propinar un leve capón a uno de sus clientes tras un servicio. Esto hizo pensar al bueno de José y al enrevesado encorbatado de su banco la posibilidad de ganar más perricas con esto. Un almacén vacío, un teléfono de rueda y una caja de naranjas fueron las inversiones iniciales de un negocio que no tardó en prosperar.

Tras su paso por el Laboratorio de Crecimiento de Empresas Inauditas, se lanza en plancha al mundo de los negocios “Agresión Express”. Con una llamada de teléfono usted puede ver satisfechas sus ansias de ser abofeteado de las más variopintas maneras posibles. Por sorpresa, con una banda de furibundos estibadores portuarios, por lanzamiento de limones ( u otros cítricos de temporada ) o con la palma abierta; todas las sensibilidades del masoquista aficionado se verán satisfechas ¡siempre antes de las 10 horas del día siguiente!.


Si la desea con insultos, se tarifica aparte.

Ante el revuelo formado en la Comisión Nacional de Amantes de la Olla Express ( vaya a saber usted por qué.....¿todavía no ha ido?....¡corra!) José Mutierrez, director de la empresa dedicado a ir los días 28 del mes a recoger su manteca, en declaraciones a bordo de un ala delta afirma “ No, no puede usted llamar para que le den una paliza a otro. Esto es un contrato personal e intransferible”. Salvado así el escollo legal, puede usted estar tranquilo de no saltarse a la torera ninguna norma si llama al teléfono que no aparece en pantalla y contrata una paliza para usted mismo. ¡Incluso puede recibirla en su oficina, ante sus compañeros!. Personalmente, no le veo más que ventajas.

Déjenme acabar con un llamamiento. ¡Eh, usted, amigo! ¡Sí sí, usted, el de la mano larga! Sienta en sus propias carnes una azotaina, una golpisa ejecutada por profesionales retirados del wrestling, ¡una señora paliza!. No lo piense más, no deje escapar esta oportunidad de que le traten como a usted le gusta tratar. Apresúrese, ¡una paliza gratis propinada por una panda de gaiteros borrachos puede ser suya por sorteo mensual ante notario!.

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domingo, 6 de abril de 2008

¿MANICURMAGNICIDIO?

EL REY DE PRUSIA A DOS PASOS DEL PARO.

Aún siendo mandatario de alto nivel, Heimrich Bigotem II no ha podido librarse de variados comentarios sobre su persona en los últimos tiempos. Sus presuntos líos amorosos en la corte, su falta de tacto en la política internacional y su peluquín con la raya en medio han sido tratados con artículos a doble espacio e ilustrados de bonitas estampas en diversas publicaciones. Quizás por esto, o porque la justicia en Prusia ha perdido una bolsa de tornillos de rosca, el soberano está atravesando unos momentos de angustia que podrían forzarlo a colgar la corona. Simbólicamente, puesto que la perdió años atrás en una timba de tute. Tute prusiano eso sí.

El pasado martes fue sorprendido en pleno ejercicio de automagnicidio, armado con un cortauñas del 7 con el que pretendía acabar con su mandato cortando por lo sano. Su intento de explicar que se estaba realizando la manicura no convencieron a los presentes, acostumbrados a tener que hacérselo todo. Desde entonces habita en los calabozos de su propio palacio, a espera de juicio. Más receptivo al no tener que hacer nada en todo el día, en realidad, como siempre, nos presta unas palabras, con la condición que las devolvamos después.


La noticia saltó a la prensa local, sin otros temas
que echarse a las teclas.



-Ante todo, buenas tardes Majestad.
-Llámeme Excelencia.
-¿Sorprendido por lo ocurrido?
-Ciertamente. Me ha pillado a contrapelo.
-¿Cómo tuvieron lugar los hechos?
-Verá joven súbdito. Asistí ese mismo día a la celebración de los 100 metros de ingestión de Tarta en el Polideportivo Häusburguem Haffen Soldem Sput Sput
-Largo nombre.
-No, es que ando acatarrado, tanta humedad de calabaza.
-Calabozo.
-Eso quería decir, presión. A la vuelta, en mi coche oficial, pregunté a mi secretario por la longitud de mis uñas.
-¿Qué le contestó?
-Que efectivamente estaban largas. No podía tomar una decisión de tal envergadura yo solo. En cuanto llegué pedí uno de esos malditos cacharros y junto a la ventana iba a darles un retoque cuando me sorprendieron las fuerzas.
-¿Del orden?
-No no, las fuerzas de las condenadas uñas, tantos años sin tocarlas ya se sabe. Total, haciendo palanca pude empezar, pero con los gritos del esfuerzo se presentaron las otras fuerzas. Y aquí me ve.
-Entonces, descarta usted la idea de quitarse la vida.
-Si no me atrevo a echar azúcar al café sin preguntar hombre de Dios, ¿cómo iba yo...?
-Cuéntenos la experiencia en prisión.
-Pues aquí fatal ya me ve. Me han sentado en un banquito y me han metido sólo la mano entre los barrotes de una celda. Al cortauñas llevan días interrogándolo con palizas indiscriminadas.
-¿Ve próxima su salida?
-No se lo diga a nadie, pero la mano se me cuela por la puerta. Yo de salir, pues cuando quiera, ¡pero no me atrevo sin preguntar!.
-Por último, ¿qué piensa que es lo peor de todo esto?
-Me dejé la uña a medio cortar y se me engancha en todo. Tengo el manto de armiño lleno de hilachos.
-¿Va usted a estas altura con armiño?
-¡Toma!, que soy rey, ¿no querrá usted que vaya en chándal?. ¿Puedo deportarlo?
-Ehm...¿no?
-De buena gana lo hacía.

Informó Matías Cuelligorden, que al haber conocido un rey está inaguantable, “¡que tengo trato con la casa real de Prusia!, ¡invitadme a café!” dice...tampoco es que haya sido un tipo amable nunca, pero ahora pasa de castaño oscur...ehm...perdón...Desde Prusia con Amor.