viernes, 30 de julio de 2010

HIPNOSIS EN EL HIPERMERCADO.

CONTROL MENTAL EN LOS ULTRAMARINOS.

Como habitantes de lo que se ha venido llamando mundo civilizado, ustedes, queridísimos lectores, han sido objetivo de campañas publicitarias desprovistas de pudor, vergüenza y argumentos basados en hechos reales. Durante años un señor con gafas y traje de espiguilla les ha intentado convencer de adquirir podadoras de afeitar barbas de dos lustros, pastillas de jabón con señoritas mostrando las corvas, vehículos a motor de explosión con señoritas mostrando las corvas y menestra congelada con señoritas mostrando las corvas. Si bien es verdad que esto ocurrió hasta que alguien cayó en la cuenta del pingüe negocio consistente sólo el abundar en las citadas curvas, las temáticas de estos comecocos han mutado poco: fanfarria musicalera acompañando bellas imágenes de familias bien avenidas disfrutando en el Pryco conformando escenas edulcoradas que harían sonrojarse de pudor al registrador de la propiedad peor encarado.

Los tiempos cambian. Y si el zapping fue una pesadilla ahora los voceros vende ungüentos se han dado de narices con la internete. Un medio donde cada uno va a donde le parece y no hay esquinas ni paradas de autobús para colocar el reclamo de Cafeses Achicoria. Estrujándose las meninges con una licuadora Magetaurus los publicistas, profesión de vagos redomados y sospechosos de ideologías infecciosas, se han lanzado a la piscina del descaro, bajándose tres estaciones más allá del pueblo al que iban. Ya ha empezado. Nosotros lo hemos visto con nuestras antiparras de tres aumentos.

Hipermercados Tarangana. En mitad de un estudio psicosociológico consistente en rebuscar monedas sueltas en los cajetines de los carros nuestros enviados especiales se internan en el moderadamente refrigerado pasillo de los lácteos. Saludando a izquierda y derecha a cuajadas, postres caseros hechos en polígamos industriales y otras hierbas, conservantes y acidulantes artificiosos, con ojo avizor asisten a una extraña escena: una señora de edad suficiente como para salir sola de casa asalta a una reponedora del citado centro, con voz en grito, y señalando con fruición la fila de Postres Argamaso canturrea:

- Yolgures de pera, yolgures de pera, en vida mía que mire usted que tengo un par de kilos de años vi yo producto bueno igual de la manera.

Pese a la desestructura sintáctica, morfológica y a un ruín intento de rima imposible, el mantra no es ajeno al resto de habitantes del pasillo. Un señor de pelo ausente mira a sus natillas como a una esposa pérfida y la arroja a la nevera; una perfecta ama de casa aúpa a su vástago para ayudarle a alcanzar tremendo manjar. Nuestros redactores, sólo por el hecho de continuar con el hilo de la investigación, acarrean entre ambos quinientos cartones de los citados postres, que proceden a ingerir sentados junto a la parafarmacia. Una pandemia deflagra entonces, viviéndose escenas de peligro y vergüenza ajena a partes iguales mientras la señora, cual enviado especial del paraiso, declama bajo su permanente.

- Cuidao, qué rebuenos que están.


Un paso más en los panfletos con efectos repulsivos.


En plena orgía* láctea hacen acto de presencia las fuerzas del orden, obligados a desalojar en primer término a los alborotadores y a probar un poquito de tremendo manjar ante la insistencia de la inquebrantable señora. Ahora en unas dependencias muy secretas se examina a los afectados en busca de daños cerebélicos que hayan propiciado tamaña falta de respeto al orden sin un balón de por medio. En una sala aneja la señora de la pera es obligada a confesar el nombre de la organización que la envía o en su defecto a firmar un contrato discográfico con un estudio de grabación de jingles. Y es que orden y ganancias no están reñidos.

Todo esto pasó, nuestros compañeros fueron parte afectada. ¡Cuidado ciudadano!, porque tras las mortadelas enteras vendidas por piezas puede esconderse una despiadada sirena que le de a probar ese manjar de fécula y usted haya de lapidar todos sus dineros en su adquisición continuada.

¿Esta denuncia significa que este medio va a dejar de emitir publicidad? No se pase usted de listo si no quiere que le denunciemos, ¿de acuerdo amigo?

Gregory Pastrami, defensor del consumidor y empleado de Multichorrinacional de Alimentación Corchoguás S.L.


* Ande, que con la de contenidos de carácter sensual que corren por ahí y termine usted aquí...hala, siga probando.

viernes, 23 de julio de 2010

SÓTANO 71 EXPRESS.


“LOS MÓDULOS RAM SABEN A POLLO”

Agencia “Así informaba, asín asín”.

El prestigioso chef Maurice Da Pimentóoooon ( así, con empaque, para eso lleva delantal negro ) da un paso más en la locura gastronómica (*) al inventar, cocinar al vapor, servir y cobrar con iva partes de ordenador viejo en su restaurante “Le Maison du Chupeté, menú lunes a viernes ciento cincuenta euros primer plato, servilleta, cuenta y pa´casa”
En declaraciones a un cucharón, al olvidarse este reportero el micrófono en la cesta de la ropa sucia, Da Pimentóoooon afirma “Este plato es una deconstrucción, ¿verdad?. Es un reinventar el arte culinario, un descubrir texturas, ¿sabe lo importante que son las texturas?, no, usted no sabe lo importante que son las texturas. Puede usted comerse una zapatilla, sí, pero si se le dota de una textura apropiada, le puedo cobrar treinta euros por ese mondongo, pan aparte. Que no es pan, es brioooché, pero esto es otro tema”.

Varias asociaciones de desocupados ya se han manifestado a favor de los módulos ram de los ordenadores. Al parecer ahora si se les mira con poca luz parecen personas. Nos referimos a los módulos ram. Los desocupados son también personas. ¡Me he metido en un jardín más chungo que el del “Resplandior”. ¡Coman ustedes gachas y a mí dejenme en paz hombre!. Yo me voy de este restaurante antes de que me gratinen las patillas.

*Editorial : Debido a una flagrante carencia de inexactitud, nuestro compañero afirma que el señor Maurice “da un paso más en la locura gastronómica”. Queremos presentar nuestras disculpas por este insulto, al ser evidente que este majara se ha dado un paseo de ida y vuelta a la locura, un paseo largo de esos de llevarse bocadillo.

lunes, 12 de julio de 2010

IDEAS PRESTADAS, POR SALVADOR DE PESTAÑA.

ALADAS AVES ACUSATORIAS.

El calado de las ideas que este medio me ha permitido farfullar subido a esta tribuna de oradores de madera de balsa con suelo de linóleo adhesivo es indiscutible. No quizás en el giro copernicano de los usos y costumbres del ciudadano de a pie, mutación conductual esta que no podría yo asegurar sin pasear unos minutos por la rue pública, ¡Y por Júpiter, antes me viere yo trabajando con mis propias manos que aquello sucediere! Para eso ya están los binoculares, novedoso invento de los siempre eficientes Germanos que tengo a gusto recomendarles su uso, por su cristalina claridad y su capacidad de aumentar la realidad.

No, las raíces de mis diatribas se hunden en tierra, quizás no la más apropiada. Abonada con recelo y suspicacias, mis certeros dardos verbales lanzados al común denominador de los mamíferos sobre dos extremidades no han tardado en hacer efecto. Contertulios, es un anuncio grave pues sabido esto mi vida, mi ser y mi colección de pipas a cuerda podría estar en peligro. Porque ante ustedes denuncio el espionaje al que estoy siendo sometido, de unas fechas ciertas hasta hace un rato que, entre visillos y con ojo avizor, dicto el presente artículo, quizás mis últimos pensamientos, a mi hacendoso y desprendido mayordomo...sí hombre...su padre ya estuvo aquí...en el 59 creo recordar...claro venía el ahora escriba con pantalón corto ante el enfado de mi progenitor...¡minucias! Pues yo he de pasar a la historia por mi sacrificio y no este tiraletras con chaleco a rayas.

El pasado miércoles, y siempre por prescripción del galeno que acude sobre el pescante de una calesa por petición mía, para no contaminar las sanas costumbres de esta finca, ese día, prosigo, estiré las pantorrillas trazando semicírculos en apenas unas hectáreas de mi humilde jardín trasero. Pero mi preparación y mis horas dedicadas al ejercicio de la sospecha hundido en el butacón y con la sola compañía de mi fiel y añejo Burbujón de doce años, me hacen estar en alerta apenas pisar el espacio externo a mis seguros muros. Allí, cual cuervo de José Luís Poe, pero con otro pelaje, una tórtola turca ( que la Gran Inchiclopedia Vida y Bestias Finisterráticas denomina como Gallinejautus Turuletus ) acechaba en la rama de un ciprés. Y ante tal metáfora visual de lo horrible del destino, no pude más que encerrarme en casa y dar palmadas tras las contraventanas con la esperanza de hacer alzar su vuelo.

Quizás usted, petimetre, ahora ría con suficiencia, pensando en la locura de este viejo chiflado que, por otra parte, podría quebrar su porvenir con un par de telegramas. Conozca usted de primer brazo mi importante cometido durante la llamada Guerra Tibia. Fui nombrado Oficial Adjunto del Departamento de Cultura por el Gobernador General de Asistolia. Un cometido harto peligroso, cuyo recuerdo me hace incluso hoy morder mi almohada con horror en noches tibias como esta. Mi tarea consistía en sujetar con fuerza los ejemplares transportados por el Bibliobus en su peligrosa ruta BrandemKancilleriem Ja! Y el Kindergarden Infantil Die Zwai Patiten. Quizás su imaginación, aletargada por falsos estereotipos de agentes secretos dictados por los Mayonesistas no considere peligroso lo que allí sucedía. Tendría que haber visto las taimadas intenciones de todos aquellos agentes secretos, en cuclillas, disfrazados de niños de tres años, simulando leer “El Osito va de Compras”. ¡Ya muchos me advirtieron que eran infantes reales! Pero entonces y ahora, cual croqueta enrollada en los visillos que mi señora madre tuvo a bien traer de la lejana Galería Tarangana, ¡a eso digo no! [manchurrón] Con tal fuerza que mi escriba rompe la punta de su lápiz, y por ello será debidamente castigado y el valor del citado instrumento será descontado en patatas de su próxima e incierta comida.

Dice la pérfida avegruuu gruu, siendo lo segundo innecesario, tal y como si no conociere yo sus designios. Y se libra de parásitos, o eso hace ver y se comunica con sus empleadores mediante un diminuto micrófono prendido en su buche. Los secretos conocidos durante mi estancia en el límite exacto del escenario internacional de espionaje y el contubernio no saldrán de mis labios. ¡Y en cuanto me acerquen mi noble sable de acero inexorable, Voto a Bríos que esa pérfida tórtola pagará con plumas la afrenta conducida por sus oscuros patronos!.

Firma Salvador de Pestaña a tantos y tantos de nosecuantos.

¿Sigue ahí el pájaro? ¿No puede salir nadie con un palo o algo para asustarla?¿Sigues escribiendo rufián?

domingo, 4 de julio de 2010

¡MÍRESE! PERO SI ES USTED PINTORESCO A LA PAR QUE IDIOSINCRÁSICO.

OTRA ENTREGA DEL PROGRAMA APETECIBLE QUE MUTA DE NOMBRE PERO NO DE FORMATO.


Paneles de contrachapado, cortinas de cretona y una mesita muy cuca con un cenicero en llamas. El presentador con piernas cruzadas muestra al respetable las ligas de los calcetines, que según su agente son la última moda entre los enviados especiales al Congo Belga.

- Bienvenidos una madrugada más a este programa de entrevistas totalmente prescindibles que usted visiona entre cabezadas para sentirse más inteligente que el chico de los recados de su oficina, que resulta tener una titulación en sistemas macrobióticos submarinos y está cambiando latas de Pichiflús en la máquina del pasillo, y le daría a usted una paliza dialéctica de temblarle el epigastrio. Esta noche tardía y etérea en especial para ustedes desde el estudio 6 de Maceta del Duque un invitado que no necesita presentación, ya que ustedes no lo conocen y sería inútil gastar saliva. Buenas noches.
- Buenas noches al público en general y a los teleimpertinentes en especial. Muy distinguido de estar en este programa de exigua audiencia.
- Aunque como digo ustedes no conocen a este tipo, ¿le importa que lo coloque bajo tal calificativo?
- Por ahora está bien...pero a lo mejor mañana...
- No nos adelantemos a los propios acontecimientos venideros. A este tipo le ha pasado algo especial, ¿es cierto o hemos tirado otra vez de un familiar del equipo para ocupar la poltrona?
- Pues un poquito de las dos cosas. Me encuentro en estos tiempos de cambio en difícil tesitura. Un cargo sobrevenido que me aprieta las responsabilidades así por los laterales, hasta señal me está haciendo, mire mire...
- ¿Cuándo empieza este cambio en su vida?
- Buscaba yo ayer noche un puesto de patatas asadas a la remanguillé muy cerca de mi barrio cuando recibí el aviso.
- ¿Quién se lo comunica?
- Mi tía Euduviges, una señora así con un chandal de tactel que siempre anda con una cesta de mimbre y una botella de Gasosa La Primorosa, buscando un economato donde depositar los cascos.
- ¡Pero eso era una estupenda idea que hoy no se practica por considerarse demodé!
- Y lo que les gusta a ustedes la expresioncita de marras...en fin, se me acerca de manera sorpresiva, plantándome sonoros besos en la frente...
- ¿Cómo sonaban?
- Así “chuick chuick”

El público, visiblemente emocionado, contempla la escenas en bocadillos nebulosos sobre sus cabezas.

- ¿Y qué le dice? Perdone, yo estoy al tanto y es una historia que debe conocer ese señor en su casa que ahora se despega la goma del calzón de franela.
- Me dice sin consentimiento previo que me han nombrado heredero a la corona.
- ¿A la de aquí?
- Sí señor, por lo visto algún asunto de árboles geneantológicos traspapelados, entiéndalo, yo iba buscando una patata asada, mi tía habla gesticulando muchísmo y marea...supuse que me pondrían al tanto en su momento.

El público, ensimismado en su propio sentimiento patriotero enarbola banderas que habían traído de casa por si acaso se presentaba la oportunidad.

- Se encuentra usted entonces en una buena posición en el Campeonato Nacional para Rey, ¿qué supone para usted?
- Pues un mareo oiga. Ya me estuve informando en la pescadería del mercado y por lo visto el regente tiene que poner de su bolsillo para comprar submarinos terrestres, arcos monumentales, armarios con altillo para palacio...vamos, que todo son gastos.
- Pero aún así tendrá usted ocasión de conocer a influyentes hombres de estado, cenar ballenato relleno en fiestas de pijama en Monico...
- ¡Con lo que yo los he criticado cuando era pobre! Que aún lo soy, pero ya sabiendo lo que me espera he dejado el envío de anónimos a palacio y he puesto mi carnet del Club de Furibundos Masones de mi barrio a disposición del ujier de la organización. Bueno, para no faltar a la verdad, no estaba y se lo dejé a su señora, una mujer muy discreta.
- Pero después de todo que usted aparezca aquí con un manto de armiño, una corona de cartón y una pata de una silla flamenca a modo de cetro denota las ganas que le tiene al cargo.
- Hombre, mi padre de toda la vida filatélico, con una gran colección de dos sellos de avutardas de la Conchinchina y que ahora el careto de su primogénito aparezca en sobres y tarjetas postales, pues mire, le habría hecho mucha ilusión si no hubiera abandonado el vício filatélico y colombofílico.
- Bueno, tenga en cuenta que el telégrafo electrónico ha sustituido mucho al correo pony express tradicional...
- Pues me da usted un disgusto.
- Despedimos este espacio animándoles a que sigan dormidos y no apaguen el televisor. Podrán asistir en duermevela a otro interesante espacio de quiromancia en canoa. Su futura majestad saluda a los fieles vasallos y mientras sale a hombro dejándose atrás la corona de cartón con papel charol nos despedimos emplazándolos a una futura e incierta entrega de este, su soporífero espacio. Muchas noches y buenas gracias.

Una producción de Sótano 71 con la colaboración de Telesféricos A Pedales Futierrez y Mesitas de Noche Andurriales e hijos.