domingo, 30 de agosto de 2009

AGENDA SOCIAL.

EN ESA AGENDA NO TIENE USTED NADA PARA MAÑANA. LA GENTE BIEN NO SE ARREJUNTA CON USTED.

La perseverante y rechinante crichis, esa que ¡vaya a saber usted por qué se ha liado! pasa factura con tickets a todos. A todos. Y usted, sólo preocupado de las catorce agencias de cobro a morosos que le siguen, las llamadas intempestivas de compañías teleagónicas, el rojo carmesí de la cuenta bancaria y la cara de acelga hervida de su funcionario de desempleo de desconfianza. Pues sepa usted, egoísta, que a todos nos preocupa la situación. Y los más altos próceres púberes pátrios han puesto sus delicadas manos a la obra. La obra en este caso es un recurso estilístico, no se vayan a pensar.

La señorita Mimichuchi Culitripi ha inaugurado con tijera de doble hoja de oropel e incrustaciones de cristal de culo de botella el acto benéfico dedicado a los más desfavorecidos. “La falta de dinero en los hogares ha tenido una víctima clara. Los más indefensos, aquellos que no pueden alzar la voz en petición de comida.” Declaraciones lanzadas al aire, acondicionado, con gran profusión de vocales densas y sílabas fricadas, aplaudidas por los presentes y refrendadas por los camareros, palmeándose el cogote sin soltar las bandejas de crudités. Para esos pobres desafortunados, esos objetivos del llanto a pleno pulmón, se ha organizado el primer certamen ”Tiro al Pobre benéfico en beneficio de la Casa del Plato”.
Los platos, acostumbrados a contener alimentos de calidad, ahora deben conformarse con refritos de grandes superficies, carne embutida y tubérculos chamuscados. Todo ello con el sufrimiento añadido de verse ensuciados con salsa de tomate ketchup, tan en boga entre las clases más desfavorecidas. “Alguien tenía que defender a las vajillas. Vajillas finas dedicadas a la comida más espantosa. Mi grupo de amistades y yo mesma nos hemos propuesto que el menaje del hogar sea tratado con corrección y respeto”.

El acontecimiento social tuvo lugar en la finca Los Palomos Torraos, preciosísima finca a las afueras de...¡ah, es fútil indicarle el emplazamiento, usted no podrá ir!. Créanme, un terreno a todo confort con grandes vistas, roperos empotrados y sirvientes cabizbajos. Los pobres seleccionados fueron recibidos con un desayuno en el que no faltaron café de garrafón, sucedáneos de galletas Manuela y las prisas propias de la organización. Incluso alguno se guardó parte de la cuchipanda en los bolsillos ante el bochorno de los presentes. Distribuidas escopetas deportivas, que no de matar, a los participantes dió comienzo la competición. La representación del Club Supernaútico la Barrabasada fue la nota destacada de la mañana, consiguiendo arrinconar a cinco presas. Las Señoritas Casaderas del Renombrón posaron estupendamente portando las armas, declinando realizar disparos temiendo que se registrara algún tipo de daño en sus manicuras. Como lo importante era participar y ayudar a las Vajillas desfavorecidas no hubo ganadores, sólo un gran ambiente de cordialidad y mucha gente maja. En principio no se registraron heridos entre los pobretones, pero sí algún fugado, obnubilado sin duda ante el boato de la finca, al que encontraron abrazado a la taza dorada del inodoro negándose a volver a su choza.

Dramatización realizada por nuestros artistas que puede
diferir en gran medida con la realidad. O no tanto.


Una gran mañana de la que esta redactora tuvo que huir de manera apresurada. Alguien creyó adivinar por mis rasgos la pertenencia a una clase social de las más bajas. Mi pertenencia a Sótano 71 no ayudó a esclarecer este punto. Aunque les mostré fotografías de carnet de mi yate de cuatro centímetros de eslora, preferí no dilatar mi visita y volví a la redacción acompañada por las salvas efectuadas por los asistentes. Pese a todo, una jornada encantadora.

María Angustias Sonajero les trajo esta crónica, que ojalá pudieran ustedes verla, con esos cincuenta euros de peluquería y su mano apoyada en la barbilla en plan interesante.

viernes, 21 de agosto de 2009

IDEAS PRESTADAS

LA NECESIDAD DEL PIM PAM PUM

El ser humano contemporáneo, aquel que yo conocía bien hará cuarenta años y con el que no me mezclo demasiado desde que me mudé a este rincón apartado de la campiña, ese ser humano, que supongo no habrá cambiado desde mi última visita, parece ser adicto a hacer la puñeta al prójimo. Si es vecino circundante, aún más. Le pregunto a mi mayordomo, el no sabe responderme, puesto que su relación con el exterior es aún menor: sólo cruza palabras con el chico del reparto del supermercado. Y le tengo advertido que más de dos frases es amistad, y no tolero relaciones entre mis subordinados. Por tanto, sólo ustedes me darán la razón o vendrán a pedirme explicaciones. De ser así sepan tendrán ración de perdigones de sal para todos.

El asunto es llevarse mal con el vecino. Desde la microvida, el “ese alcornoque está dos palmos dentro de mi finca” a la macrovida, eso de “ese pueblo que es tuyo, cien años antes era mío, y es verdad que antes de eso era de tus ancestros pero los míos te lo quitaron a base de cañonazos, y si ahora me lo quitas atente a las consecuencias: tengo cañones con ruedas que se mueven con rapidez”. El ser humano, marmolillo y zote como el sólo puede serlo, imbuido en unas características genéticas ancladas en el rencor y en la máxima “lo mío para mí, lo tuyo lo compartimos” adora estar a la gresca. Si bien es raro, pero no inédito, pelearse demasiado con vecinos de ultramar, es más lógico que los vecinos de lindes lleguen a las manos, a los bocados y a las patadas bajas, símbolo de las bajas pasiones. Esto no sé lo que es, pero lo leí en una novela del oeste y estaba deseando ponerlo por escrito.

¿Qué quiero decir con esto?. A los vecinos hay que tenerlos vigilados. Atados cortitos. Pues si concedes privilegios un día, al día siguiente estarán reclamando ese privilegio y otro nuevo. ¡Y al final acaban con los pies sobre la mesa invadiendo salones ajenos!. Y proclamando ideologías infecciosas. Y robándote el desodorante con la excusa de “total, si es sólo un poquito”. ¡Los desodorantes de barra no se comparten, señor mío!. Tal afrenta a la higiene y a su vez a la propiedad privada me pone de tan mal café que voy a insultar a alguien del servicio y ahora prosigo.

Más tranquilo y centrado, como les decía, deben vigilar a su vecino. Y si usted que me lee, está ocupado en tareas de dirigir estados, esa advertencia se extiende a países limítrofes o a alguno más lejano con ganas de revanchismo porque los tatarabuelos se tiraron los trastos a la cabeza. ¡Y no quiero decirles ya si en vez de pensar como usted, que el mundo lo hizo un señor en seis días en turno de mañana, su vecino mal encarado es de la opinión de que el mundo pudo hacerse solito!. Debería extremar las precauciones si no quiere que en sus hijos, a la vuelta de unos años, aparecen en casa con malas notas y creencias religiosas alternas.

Por tanto, como columnista avezado y con el derecho a opinar como otro idiota más, debemos considerar enemigo al vecino, al señor del pueblo de al lado, a los habitantes de la pérfida Albión, y a todo quisque. Eso es lo que me hace pedirles a ustedes que se unan a mí para combatir, junto con el personal a mi servicio y rifle en ristre, a las hipotéticas y aberrantes criaturas que amenazan con invadirnos desde la cara oculta de la luna, los planetas de Marte, Júpiter y Urano y contra todo aquel que nos mire con ojos cruzados. Mañana puede ser tarde.

Salvador de Pestaña

sábado, 15 de agosto de 2009

¡QUIERO MI RAYO DE LA MUERTE DEL AÑO 3000!

PETICIÓN DESGARRADORA DE CIENTÍFICO MALÉFICO.

Con ustedes de nuevo Pascual Kilohercio, redactor en reserva. Sin nada mejor que llevarme a los dedos transcribo la angustiosa llamada de auxilio de Lotario Feldespato, un vecino de escalera dedicado en cuerpo, alma y gafas a la conquista y/o aniquilación global, lo que le salga más barato. Con las manos en las axilas nos transmite un burrofax dirigido a la empresa Televenta Desgana S.A., debido a unas vicisitudes que él mismo les va a contar en el renglón siguiente. Impacientes que son ustedes oiga.

Lotario Feldespato. Maligno colegiado 9829.
Apareados del Terror número 15. 90210 Transelvania.


A quien pudiere corresponder el interesarse por el asunto.

Escribo estas líneas azorado por la inquina que me corroe la goma de los calcetines deportivos debido a su patente inutilidad intrínseca a ustedes mismos. Me dirigí a ustedes vía telealámbrica pero ante la falta de falta de respuesta por parte de ustedes mismos, me veo obligado a remitirles a ustedes el presente burrofax por servicio Pony Express para ponerles al tanto de mi problemática. ¡Y voto a Tal que si no me la resolvieren en plazo mínimo, me obligarán a enfurruñarme en grado sumo!. Eso es para que se vayan dando cuenta de con quien está hablando. O leyendo en el presente caso.

El pasado veintipocos de mayo del presente les compré el producto Rayo de la Muerte del Año 3000, animado como un colegial ante su anuncio en televisión en hora de señoras lascivas...que me obliga a ver mi caprichoso mando a distancia. Creí poder conquistar el hemisferio en dos tardes cuando ¡Oh, campos de desolación, valle de lágrimas! recibí en mi laboratorio un producto de inferior calidad, apareciendo en la caja la cita “Haz lumínico ligeramente molesto de 1984”

Aún confiado de su efectividad salté a la calle desde la terraza del entresuelo y me dispuse a sojuzgar a los seres inferiores que pululan a mi alrededor. Pero todo fue en vano, logrando sólo chamuscar las cejas del frutero de la esquina, bombero-torero taciturno para más señas, y saltarme el pespunte del bolsillo de la bata de maligno chiflado en la desesperada huida posterior. Deberían ver su puntería armado con melones.

Acudí entonces a su servicio de desatención telefónica donde me encontré desamparado e incomunicado, más incluso que aquella vez que volé por el espacio sideral preso de un espejo de cuarto de baño hasta que me liberó en un descuido un astronauta a la hora del bocata. Tras catorce días a la espera de tono creí enloquecer con su música de organillo infernal. Todo para que me dijeran que debía esperar a que llegara el siguiente envío. Además, por detrás de la señorita de cascada voz oí gente riendo. Y llamándome tonto en coro. Desde aquí me disculpo por los posibles insultos, impropios de un hombre de mi posición, que pude dirigirle a sus trabajadores una vez hube colgado el teléfono.


Requiere montaje previo. No sea usted impaciente y quiera dominar
el universo sin leer las instrucciones de uso.

¡No pueden jugar de esa manera con los sentimientos más profundos de los esforzados líderes del mal, caramba! ¿Creen que por aparecer ante la opinión pública como taimados aspirantes a malvados no tenemos sentimientos? Sepan ustedes, caballeretes, que de no tener el Rayo de la Muerte del año 3000 en mi poder de aquí a cuatro días, me veré obligado a esperar otros tantos. ¡Y mi paciencia tiene un límite! En concreto dos años y medio. Llegado ese momento y si no veo satisfecha plenamente mi petición estaré en mi derecho de solicitarles un nuevo Rayo de la Muerte del Año 3000 y una vez lo reciba haré fosfatina sus inexistentes instalaciones centrales, geranios de la terraza incluidos. Ustedes no saben con quién están tratando. Les advierto de manera clara: si una mañana se levantan y encuentran los nombres de los buzones intercambiados ¡ah, no valdrán quejas, están avisados! Y ese sólo será el primer paso en mi desquiciada carrera vengativa. Pueden esperarse de mí que les pegue el timbre con celo, que llame a su puerta y luego me esconda o que me pasee frente a su edificio con gesto altivo y desafiante.

Anden por favor, mandénlo, aunque sea el Mini-rayo Llavero. Anden. ¿Quieren que me ponga de rodillas?¿Es eso lo que quieren, verme rebajado en mi condición de Doctor Maléfico? Pues ya lo han conseguido.

Atentamente, Lord Lotario Feldespato, Vicepresidente de su Sala de Estar.

PD: ¿A cuánto tienen el kilo de esbirro desalmado?¿Hacen plan Renove?
Servicio de Cotillas de Mensajes Ajenos de Sótano 71.

viernes, 7 de agosto de 2009

VACACIONES DE REPASO.

ATIENDA A SU ASUETO Y A SUS CONOCIMIENTOS POR EL MISMO PRECIO.

Como es costumbre desde el año pasado dedicamos unas líneas para que usted, lector, conozca de esos parajes de gran interés y que corra presto a una agencia de viajes, congresos y escarceos amorosos y reserve plaza en autocar a gas butano para pasar allí sus vacaciones. Una guía resumida, gratuita, picadita y muy fresquita redactada por el rompechanclas Bernabé Pandemolde.

Puestos al tanto por una prima de buen ver, agarro el coche por las portezuelas y con el vehículo al hombro para ahorrar combustible me dirijo al destino turístico, un enclave natural de alto valor ecoilógico que, según nos cuentan, hasta árboles tiene. La ruta es la siguiente:

  • Parte usted de su casa. Si le digo que parte de la mía la primera parte del viaje es ya un follón padre. Y muy señor mío.
  • Va usted por encima de la Carretera Nacional Intercomarcal veintitantas. No tiene pérdida, una con rayitas como a la mitad.
  • Llegados a kilómetro trescientos quince, dobla a mano derecha de su señora, internándose en un desolado páramo. Acelere y esquive a los salvajes durante treinta agónicos kilómetros.
  • Rodee el quiosco que se encontrará a la salida. Pregunte a un guardia.
  • Siga por la Autoestopista A-99 durante seis centímetros. Ha llegado a su destino.

Ha sido un viaje largo a la par que provechoso para las relaciones paterno-filiales entre este redactor y la funda de bolitas del asiento. Ya saben amigos, el viaje empieza al empezar el viaje, porque si usted espera a que el viaje empiece por el mismo, lo mismo no lo ve empezar y no lo disfruta. Salgo de su vehículo a traición mecánica. Estiro piernas, brazos, parietales y ombligo y contemplo el panorama. El Área de Descanso 17-b ha sido declarada por la UNASCO como “Sitio asfaltado en el que usted puede parar un ratito”. Declaración esta que ha llenado de orgullo a ese gran grupo de personas con pelo que han dedicado tardes enteras a conseguir este fin. Me reuno con una de ellas, Nerbustrata Filipinez, que me hará de guía.

Ella resalta los valores históricos a la par que medioambientales que atesora el lugar en todo lo hondo de su asfaltado. Una señal de Ceda el Paso llama poderosamente nuestra atención. “Es la única señal de estas características formada por un triángulo escaleno” explica henchida de orgullo nuestra guía. Caminamos unos segundos entre una reserva natural de cardos borriqueros asilvestrados y pasando bajo un quitamiedo llegamos a otro punto de indudable interés. “En este bordillo se ató los cordones de las polainas su majestad Anselmo de Moldavia. Cuenta la tradición que durante una guerra en su país se refugió en estos parajes debido a su alergia a las balas”. Le preguntamos si el monarca podía haber respirado aquel mismo aire que inundaba nuestras fosas nasales con aroma de neumático y líquido de batería. Ella asiente y afirma “Dificilmente, podría haber respirado uno muy parecido”. Siento algo muy especial cuando comparto un trozo de historia con una figura histórica de la que nunca había oído hablar y cuyo nombre olvidaré en cuanto me suba al coche...¿era Adolfo de Cracovia...?

La visita llega a su fin. Tantos son sus lugares y su idiosincrasia que no puede recorrerse en solo un minuto, harían falta al menos dos para imbuirse en su historia, pero no tenemos más tiempo. Antes de partir de nuevo, preguntamos a Nerbustrata por algún lugar recomendable para almorzar. “En aquella papelera acaba de tirar un señor un sobao pasiego a medio comer, y parecía limpio. El señor y el bollo, los dos. Si se da usted prisa...” Nunca probé tan exquisita pieza de repostería de una papelera como la que disfruté en el Área de Descanso 17-b, y llevo unos cuanto años de profesión periodística y de rebuscar en la basura para no irme a la cama en blanco. Nos despedimos con la manita de nuestra anfitriona y con cuidado de que no vengan coches, agarramos el propio por los guardabarros y volvemos a casa.

Veredicto: Un lugar para toda la familia debido a su fácil acceso y a su falta de monstruos milenarios. Goza de amplio aparcamiento.
Lo mejor: No tiene techo y se ve el cielo, las nubes y los pajarillos.
Lo peor: Los pajarillos también lo ven a usted y lo usan de diana.

Puntuación: Cuatro estrellas.
Reseñó Bernabé Pandemolde desde un teléfono de emergencia próximo al lugar.