martes, 15 de marzo de 2005

EXCLUSIVA: EL YETI DIRIGE UNA PEQUEÑA EMPRESA EN MILWAUKEE.

ESTE MEDIO DESMIENTE TODO LO ANTERIORMENTE PUBLICADO EN MEDIOS SENSACIONALISTAS Y DESVELA LA VIDA COTIDIANA DE LA CRIATURA.

Algunos publicaron que asustaba a tranquilos campistas en Florida, otros muchos decían que se disfrazaba de personaje de dibujos animados y deambulaba por parques de atracciones, y otros malintencionados decían haberlo visto a lomos del Monstruo del Lago Ness jugando al poquer con Elvis. Nada más alejado de la realidad. El yeti es un tranquilo empresario que intenta ganarse la vida desempeñando su puesto como presidente de la “I can´t believe that it isn´t real hair & Company”, una pequeña fábrica de peluquines artificiales sita en Milwaukee.

Conociendo de forma confidencial la situación de el Señor Yeti, nos desplazamos a la citada ciudad norteamericana e intentamos concertar una entrevista con él. Nos resultó imposible, su secretaria personal estuvo dándonos largas durante dos días, por lo que decidimos cambiar el tono de la información, dejar de lado la entrevista, y hacerle un seguimiento intentando obtener información de personas allegadas. Lo decidimos básicamente porque no teníamos más dinero para la estancia y emprendíamos el viaje de vuelta al dia siguiente, no por motivos de interés periodístico ( que conste ).

Conseguimos un viejo Plumbe Odeon del 57 dejando a un redactor como pago en la empresa de alquiler de vehículos y nos dispusimos a seguir sus pasos durante todo el día. Mr. Yeti vive en una sencilla urbanización de edificios de ladrillo de no más de tres plantas ( con su correspondiente escalera anti-incendios ). Posee un Tonda Private Turbo que usa para sus desplazamientos por la ciudad ( y del que debe aún un par de recibos ). Su jornada laboral comienza temprano, a eso de las 7:00 am, odia las duchas vespertinas, usa su poquito de colonia para la higiene, desayuna avena frita con bacon, alterna sus corbatas ( una amarilla, la otra turquesa con lineas perpendiculares turquesa...si, una corbata estúpida ) saca a pasear a la tostadora y sale raudo y veloz en dirección al centro ( todo ello averigüado por un sagaz reportero que apostamos para vigilar tras un tarro de azucar de la cocina ).

Como ya sabíamos que no podríamos acceder a él en su empresa, nos dirigimos a los locales comerciales adyacentes a la fábrica de peluquines sintéticos a recabar información.En palabras de Marcello Salammi, dueño de una tintorería y representante electo de la mafia en el barrio “ es un tipo honrado, todo lo honrado que se puede ser por aquí, nunca ha tenido problemas que sepamos, es algo reservado....¿ que si sabia que era el yeti?...bueno, nunca lo ha negado “. Proseguimos la investigación. Miss Lorenza Enflor, dueña de una cafetería refuerza lo anterior. “Es un cliente fijo, le gusta la carne muy hecha y una vez me tiró los tejos. No me fui con él porque tiene mucho pelo en los hombros”. Hablamos en privado y previo soborno con uno de sus empleados, Walter Todocaspa, que desea permanecer en el anonimato, así que solo mencionaremos sus iniciales W.T. Nos contó que “ ... en épocas en las que el trabajo nos desborda Mr. Yeti, o como nosotros le llamamos, Mr.Peluca corporal, suele perder la calma. Además, a veces nos trata de manera alejada, no lo consideramos uno de los nuestros. “ A la pregunta de que si sabía que era el yeti en personas nos respondió “ ¿lo cualo?”.

Investigamos la empresa para ver si había algo turbio. Salvo que deben a la suministradora una caja de clips y una bolsa de papel higiénico ultra absorbente, nada para reseñar. Pasamos el resto del día apostados frente al local en una valla de madera roída adornada por un cartel de un circo eslovaco. Al caer la tarde el edificio se veía vacío. Mr. Yeti hace horas extras para cuadrar balances. Desde la calle puede verse como el fluorescente de su despacho ilumina su peluda cabeza. Se cuando en cuando hace un poco el bestia, en recuerdo de los viejos tiempos y le da patadas a la papelera. Luego se tranquiliza, recoje los papeles y lo deja todo listo para el siguiente ataque de arrebato incontrolado. ( debemos agradecer toda esta información a Cliff Headphone, que se encaramó a un poste de teléfonos y observó los hechos. Resulta que no era un poste de teléfono, era de electricidad. Esperamos que te mejores Cliff ).

Pero no podemos acabar con el reportaje sin mencionar el momento más emocionante del seguimiento. Mr Yeti abandona su empresa a las 8:42 pm, nos pilla distraidos ( nos daba el sol del ocaso de cara ) y se da cuenta de que somos reporteros. Aprieta el paso y se dirige a su utilitario. Perdido el factor sorpresa ( y un mechero en la carrera ) nos aproximamos intentando conseguir alguna declaración. “ ¡Fueera de aquí!...vosotros, la prensa sensacionalista, habeis dañado mi imagen pública. “ Fueron sus palabras, como no dimos seña ni de miedo ni de que nos largábamos, entró en fase de furia, se desmelenó, arrancó del pavimento un poste de esos de los parking para monedas y la emprendió a golpes con el pobre Cliff Headphone ( nuestros mejores recuerdos, ponte bueno compañero ).Pudimos huir a tiempo.

En conclusión, Mr Yeti intenta olvidar sus raices, pero a la mínima su furia animal brota del cerebelo y se pone hecho un basilisco.

Gracias a la policía de Milwaukee por su inestimable colaboración para la realización de este artículo....nos han deportado de nuevo a España y nos hemos ahorrado el billete de vuelta. Eso sí, es otro sitio al que ya no podemos volver.

Informó Grupo 7 de Redactores Intrépidos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Eres la polla en vinagre del surrealismo, F. Jajajajajajaja! Saludos desde el espacio

Mr.Incógnito dijo...

La redacción y yo mismo agradecemos el apoyo de nuestros lectores y más si cabe si provienen de personas con la capacidad y ingenio del denominado "polloputo" ( características que ha venido demostrando al mundo reiteradamente.) Un afectuoso saludo.