EL CEREBRO DEL MUNDO ESTUVO MÁS PERDIDO QUE DE COSTUMBRE.
Junio de 1965.Amanece en la Casa Parda. El presidente se despereza metiéndole un dedo en la nariz a su compañera de lecho, la segunda dama. Albert Hurray! Deluxe, enésimo presidente de los USA nota que algo está fuera de lugar. “Cariño, me noto algo distitnto”, dice a su esposa, a lo que esta, entre las sábanas, murmulla “ te veo igual de estúpido que siempre”. Deluxe se dirige al lavabo a hacer sus deberes matinales cuando constata la realidad frente al espejo: no tiene cabeza.
Una historia proveniente de la cultura conspiranoica, ocultada por los Servicios Ligeramente Secretos primero y perdido por la señora de la limpieza después. Un dossier ofrecido para ustedes por el equipo de desesaprensivos habitual.
El doctor de confianza del presidente, Matt Aratas, acude a las dependencias privadas de Deluxe. Tras un rato de estudio afirma que “salvo un ligero olor de pies, no encuentra nada raro”. Deluxe le pide que le mire a los ojos, a lo que el sagaz médico añade “bueno, claro, eso aparte de que no tiene usted cabeza, justo ahora se lo iba a comentar”. Mientras, en un emplazamiento secreto se encontraba reunido el estado mayor, el jefe de la inteligencia, un señor de Aranjuez que tomaba apuntes y varios científicos. La perplejidad inicial se pasea entre los presentes. Los estudios constatan que conserva las cuerdas vocales, gracias a lo cual en sujeto puede seguir hablando. “Una pena, ojalá se hubieran llevado el paquete completo”, afirmación de un asistente que el público aplaude. En esos momentos, y en una gran pantalla de bordes redondeados, aparece la imagen de un científico de bata blanca. “Yo he robado la cabeza del presidente”. Juan Lewis Artemio, ex miembro de la Academia de Ciencias Difusas advierte a los presentes “ si en el plazo de un par de días no me entregan la cantidad de un muchimillón de dólares, me haré una lamparita de salón con la mollera y no volverán a verla”. Tras lo dicho todas las fuerzas se ponen en marcha, eso sí, sin saber dónde dirigirse.
2000 horas zulú. La crisis sigue abierta. Se intenta cancelar la comparecencia televisiva del presidente en la cadena ÑKLM de Tostón ( Texas ), pero estos afirman que no tienen programa de relleno disponible, por lo que no hay más remedio que acudir. El responsable de difusión de programas, Peter Betta, advierte “miren, que por mucho contraluz que yo ponga, se va a notar que no tiene cabeza”. Sacan de la cama (sí, son las nueve, pero el hombre gustaba de acostarse tempranito) a Donson Pincel, especialista en efectos especiales de serie b, que fabrica con una bolsa de patatas y chinchetas una réplica exacta a la cabeza de Deluxe. La mala suerte quiere que, al colocarla bajo los focos, las patatas se hagan al vapor. Plan B:un palo recogido en el parking de la cadena suple la carencia. Dicen las crónicas que nadie había visto al presidente tan lúcido y atractivo como aquella noche.
El presidente en plena alocución. Si se fijan notarán la ausencia de cabeza.
Mientras tanto, el ejército sigue en busca del criminal. Unos examinan unos arbustos, y otros lo buscan en una cafetería tomando un refrigerio. Pero una serie de casualidades ayudan a esclarecer el caso. Lewis Artemio acude a una ferretería de su propio barrio. Solicita al dependiente un par de bombillas de 43 vatios. El empleado, eficiente, inquiere “ ¿ con qué tipo de rosca?”. Artemio responde “ es igual, es para enroscarla en las orejas de la cabeza del presidente “. El señor ferretero, lejos de inquietarse y conociendo de oidas el caso, apunta la matrícula del motocarro de Artemio y telefonea a una cuñada, prima segunda por parte de sobrino de un señor que tiene unos ultramarinos y conoce a un vecino de la abuela de un agente secreto. Tres horas después el ejército, sicarios con gabardina, tres helicópteros a pedales y un par de robots (es el año 65, todavía no se habían retirado de la circulación ) aporrean la puerta de Artemio y proceden a detenerle y recuperar la cabeza. “Mi plan era perfecto, todo habría salido bien si no hubiera sido por ese ferretero y su maldito perro”. El ferretero perplejo afirmó no tener mascota.
Imagen de archivo de Artemio, ni viendo su cara nadie imaginó que acabaría convertido en científico malvado.
La cabeza fue reimplantada en el cuerpo correspondiente a las 23 horas en una clínica privada, si bien es cierto que la operación duró más de lo necesario ya que la primera vez se la pusieron al revés. “Fue una broma, después del susto el presidente se rió mucho, incluso jugó al pilla-pilla con lo cirujanos un rato” afirmó un señor con mascarilla.
Hurray! Deluxe salió reelegido en las siguientes elecciones. Poco después salió por piernas tras una acusación de sisa de fondos.
Artemio aún hoy cumple condena en el Penal de Birriosa Seguridad de Manteka (Ohio).
El ferretero patentó el tornillo de rosca invertida y con lo que ganó se compró un perro.
Investigó ( y rellenó algún hueco ) el equipo de Conspiranoias de Sótano 71.
6 comentarios:
¿Cómo pudo su mujer no darse cuenta de que le faltaba la cabeza, si él tuvo que darle los buenos días por señas? Ahí está la conexión: su mujer está implicada. Se ha destapado una nueva conspiración... Gracias, Sótano 71. Gracias, Miracle Pan. Gracias, Espantapájaros, a ti te echaré de menos más que a ningún otro.
El mundo no está en buenas manos, ¡qué clase de presidente tiene una cabeza que se deja robar tan facilmente, sin morder ni parpadear fuerte! Que se hubiera quedado con el palo, vaya vergüenza, supongo que cuando le reeligieron tendría una cabeza más agresiva, porque si no es que los votantes están majaretas.
Todos los detalles de este misterioso caso serán recopilados y ofrecidos a ustedes en el libro "Mi gobierno por una cabeza: crónica de un presidente ligerito". Eso no quita para que ustedes tengan absoluto permiso para especular sobre el tema, dar versiones con finales alternativos o conspiren en la sombra.
Es más, lo agradecemos muchísimo.
Según mis informadores, la VERDAD ES que el presidente se dejó la cabeza dentro de los pantalones De Brad Dickinson, becario del departamento de Hip Hop de la Casa Parda... investiguen por ahí.
Yo no he dicho nada.
No he parado de reir, de principio a fin. Y sigo riendo. Y ya me rio de la propia risa. Tremendo. Gracias.
En primer lugar, disculpen ustedes la desatención parcial de estos dias, pero andamos fumigando la oficina para eliminar ciertas cucarachas de tal tamaño que usan la talla XL de camisa. Respondiendo a sus cuestiones, investigaremos los datos aportados por el señor chimp, de ser ciertos ( cosa que no dudamos ) tendríamos un nuevo caso de becarios sorprendente, como aquél de...bueno, ustedes seguro que se acuerdan.
Y nos alegramos muy mucho de que el señor flanagan haya visto el lado divertido de la historia. Y nos seguimos alegrando de habernos alegrado.
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