jueves, 1 de octubre de 2009
IDEAS PRESTADAS. POR SALVADOR DE PESTAÑA.
ESPÍRITU PATRIO PLANO.
Estimados contertulios. Heme aquí, azotado por los nuevos vientos, pluma en ristre, dispuesto a despotricar, a lanzar soflamas y en definitiva, quejarme por todo y por todos. Las nuevas tecnologías. Aviesos inventos venidos allende nuestras fronteras, en las tierras anejas a Siam, repercuten en nuestro vida diaria sin posibilidad de alzamiento de masas, a no ser por las oportunas ofertas de las grandes superficies comerciales. Estos inventos, vecinos, afectan a nuestro sentir patrio.
Y no porque lo diga un viejo loco con patillas de hacha, escopeta de doble cañón en ristre e ideologías tan trasnochadas que aún no durmieron. El desembarco de estos nuevos inventos vulneran de muerte nuestra identidad patria, y esto lo puede comprobar usted en su propia casa o en la de su vecino en una de esas visitas a su señora vecina que se prolongan hasta altas horas. Observe esa obsesión, rayando en lo patológico, por lo fino, lo breve, lo plano y lo leve. Dispositivos alienantes reducidos a su mínima expresión: la pantalla.
Recuerdo con afecto y emoción aquel día, marcado en el calendario de los más veteranos, en los que la tele entró en nuestras vidas. Como no podía ser de otra manera, un camión cargado hasta las ruedas de aparatos receptores llegó a nuestra humilde mansión. “¡Ni una habitación sin televisión!” gritaba mi padre, alborotado, a los mozos porteadores. En torno al mayor de los aparatos toda la familia, rodeados de retratos de ancestros al óleo, observábamos absortos el progreso mientras enviábamos al personal de servicio al cuidado de los aparatos de otras habitaciones, que daban debida cuenta de lo sucedido en las otras pantallas. Era 1996 y mi familia había descubierto la televisión.
No puede negarse la habilidad de los pérfidos seguidores del comunismo más oriental. Sabedores de su posición privilegiada en cuanto a cacharros con válvulas se refiere, su salto tecnológico ha ocasionado la pérdida de identidad de la civilización occidental. Ya las habitaciones se decoran derredor al aparato, siendo todas gemelas unas de otras, independientemente del hogar que visitemos a la hora del café con porras ( si no es así, servidor no se mueve del sillón de orejas ). Ya los mensajes hertzianos son comunes a todos. Ya los alegres colores aletargan al prójimo, que abandona otras prácticas aletargantes clásicas más de mi gusto.
Pero no es el manejo de masas lo que vengo a denunciar en este medio, mi estirpe debe mucho a estas prácticas ligeramente ilegales y no seré yo a estas alturas el que me declare díscolo a los principios familiares. Amigo lector, tu que me lees probablemente en una pantalla plana, atiende, pues puede serte provechoso. La familia hispana tenía a bien decorar este aparato, bienamado desde su entrada a nuestras vidas, de diversas maneras: un primoroso paño de crochet, un recuerdo de una visita a tierras lejanas sitas en la Costa Brava...¿O acaso no recuerdan ustedes los famosos adminículos centrados en el noble arte de la tauromaquia? Astados, diestros y folclóricas de cartón amenizaban la parte superior de este electrodoméstico amigo. ¿Y ahora, pregunto, acaso puede colocar usted un torero de plástico sobre la ultrafina pantalla? No se esfuerce en vano, mi mayordomo ya lo intentó con la diestra y, a mi pesar, con la siniestra, y no hay manera de que se sostenga en pie.
Amigos, el progreso diluye los iconos patrios. ¿Qué será lo próximo? ¿Nos prohibirán los churros por perniciosos para la salud? ¿Renunciaremos al carajillo mañanero? ¿A reclamar el Peñón? Pardiez, a ver si vamos a terminar progresando. Y por ahí no paso.
Salvador de Pestaña.
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7 comentarios:
no al progreso.
Se ve que los símbolos patrios de España también son los de Cuba, porque allá también se colocan todo tipo de adornos sobre los televisores, con mantoncito bordado y todo,y como Cuba, desde que Castro está allá le dijo No al Progreso, allá no se sufre de ésta terrible pérdida de los símbolos patrios, todas las familias siguen con sus viejos televisores en el mismo lugar de siempre y con los mismos adornos de siempre. Yo que usted, amigo mío, hablaría con Castro para que invadiera a España, en una noble tarea de recuperación de las viejas tradiciones, como aquél está tan loco, capaz de que le diga que sí y echara a perder los churros y los carajillos,humm, no sé yo, mejor quedarse sin símbolos patrios menores que perder los churros de toda la vida, qué opina usted?
Es verdad, si nos quitan la gitana y el palillero de conchas "Recuerdo de Cartagena" ¿qué nos queda? ¿eh? ¿qué nos queda? Un triste delantal de esos que parece que vas en bikini o incluso en paños aún menores?
EstoDeVivir, tú, por si acaso, no des ideas... que nunca se sabe....
Se encarga de responder la ayuda de cámara del insigne ideólogo:
S: Nuestro señor está de acuerdo en ello. También en no pagar sueldos, mire usted por donde.
Esto de vivir: Le leímos su opinión al señor De Pestaña. Al principio mostró júbilo. Luego incontenible alegría y hasta palmas batió. Entonces le citamos al Comandante y su invasión y desde entonces se ha resguardado en un torreón con el trabuco del quince y reserva de chinchón. Gracias, porque llevamos unos días la mar de tranquilos.
lo que me ahorro: El progreso mata los recuerdos. Entonces vienen las modas y desentierran los recuerdos. Entonces va el progreso y crea nuevas modas. Parece que va asín tal como se lo contamos.
Me disculpe la tardanza, amigo. Le comento prestamente, dos puntos: y usted que lo oiga. Yo he tenido que situar mi folclórica sobre el microondas, que hasta que los japoneses lo inventen en su versión plana, es el único mamotreto de la domótica contemporánea apropiado para estas lides. Encima del microondas, le digo, con los consecuentes problemas de cogida de olores que eso implica en el vestido de faralaes de la citada flamenca. Que me huele a churrasca cosa mala, oiga. Y el conjunto me queda harto patrio, en efecto, pero un poco ofensivo al aparato olfativo.
Añado hoy: tiene usted un recadito en mi blog. Besitos.
De nuevo pedimos disculpas por nuestra disolución, en parte rutina, andamos liados con un viaje a ver a los Dartacanes y nos quita mucho tiempo.
A la parte ceremonial de su premio respondemos en su digna página, remitimos a ella pero agradecemos brevemente desde aquí su buena prensa y su apoyo al club de fanes.
Y respecto a sus inquietudes hemos recordado con temor de muelas la escena de aquel flim, "roborock", en el que un tipo que se acaba de dar un baño muy caliente en un bidón de ácido sale pidiendo un abrazo.
No gratine usted a la folclórica, tenga cuidado.
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