viernes, 25 de agosto de 2006

HUMANOS DE PERFIL. HOY: ANTONOMASIO GÓMEZ.

REPASO DE LA VIDA DE ESTE GRAN EMPRENDEDOR.

1920. Cuesta del Esgince, provincia de Irrisoria. El viento frío propio de agosto al mediodía azota las ventanas de la lujosa mansión de los Gómez de Alcahueses. La señora de la casa pasa unos malos momentos, intentando que el pequeño que lleva en su interior salga al mundo a base de paños y agua caliente. Tras tres días de espera y a los once meses de gestación, al angelito le da por salir. La alegría se trunca cuando a los pocos meses de edad, Antonomasio se juega la fortuna de la familia a una mano de tute arrastrao.



Escudo Heráldico de los Alcahueses, hasta que nuestro protagonista la fastidió.

Fue aquel hecho el que conllevó que a la familia le resultara dificultoso mirar a la cara al niñito durante un tiempo, que coincidió con la época en la que los parientes de nuestro protagonista tuvieron que ir por esos mundos del señor con la mano extendida en actitud petitoria ( como el pollo ) para ganarse la vida y remendarse los refajos. Cierta tarde, ejerciendo de titiriteros, percataron en el hecho de que el junior de la familia había desaparecido. Expresando gran alegría, bailaron y cantaron, hasta que, como cuentan las crónicas “el puñetero niño apareció por una esquina, con una sonrisa en la cara y un burro bajo las patas “. Antonomasio había gastado la recaudación del mes en comprar un burro, de nombre Perico, que si bien ni daba leche, ni lana, era bastante arisco y propenso a la coz a destiempo. Con tremendas ganas de salir tras el niñito de marras, cual viñeta final del genial Ibañez, Antonomasio Gómez, a la tierna edad de treinta años, partió en una bañera con remos rumbo a las américas.

EEUU vivía en aquella época sumida en el consumismo ( gracias a Wikipedia hasta parecemos inteligentes ). Nuestro hombre, sin nada mejor que hacer, se plantó cual alcornoque en una calle cualquiera de la populosa San Paco...ehm...Francisco. Mirando arriba y abajo, tomo como suyo un metro cuadrado de la propia calle. Repitió esta operación, sin que nadie le regañara ni nada, hasta hacerse con la esquina de la 26 con SanJacobo, montando en tal lugar un circo de monos. Nadie creía que ese tipo de negocio lo sacaría de pobre pero de la noche a la mañana, consigue una pequeña fortuna y el tratamiento de “Don” ( hecho este aparejado frecuentemente a las cuentas corrientes saneadas ), coincidiendo en el tiempo con una ola de robos a bancos perpetrados por atracadores con pinta de monos. La sombra de la sospecha recayó sobre nuestro héroe, pero las autoridades nunca pudieron probar nada, incluso después de la publicación de “Memorias de un mono ladrón: como enriquecí a Antonomasio Gómez” escrita la famosa mona Chiripa.

Sus maniobras empresariales siempre se movieron en un dificil equilibrio entre la innovación y el timo de la estampita. Tras vender el estado americano de Petarda a los prusianos en dos ocasiones consecutivas, en 1983, acude a la sede de Pasiones Unidas. Allí consigue, por pura insistencia y pesadez, que le concedan el título de “Sir Lord Antonomasio Gómez de Melindres, Duque de Villatangana, Emperador a la plancha y Gran Contramaestre de la Orden de Isabel la Metódica.”. Tras salir de la sede de la OPU estrechando manos y saludando al tendido, emigró a las islas Taimadas, reclamando el chiringuito económico que se traían entre manos como suyo. Como la cosa no era muy legal por allí, y para no llamar más la atención, lo nombraron presidente con efectos retroactivos, le dieron la llave de la ciudad e instrucciones por si venía el hombre del gas zutano.


Antonomasio, pletórico tras el nombramiento

Hoy en día vive su tranquilo retiro en las islas Taimadas. De vez en cuando, y a la caida de la tarde, divisa al horizonte y no puede evitar derramar una lágrima de nostalgia por su arisco burro Perico, pero cuando recuerda sus coces, se le pasan las ganas de tener nostalgia.


Biografió ( la real academia nos mata ) Don Eduardo de la Cabriola.

2 comentarios:

Miriam (flxt) dijo...

No es nostalgia, es más que eso. Aunque haya triunfado en la vida, se siente vacío (la misma historia de siempre, pobre niño rico)
Y no hablemos de su aspecto...

Gran blog este!

Mr.Incógnito dijo...

Totalmente de acuerdo...más vale no hablar de su aspecto ( ¿del burro o del señor? )

Respuestas aparte, esta redacción se alegra mucho cada vez que alguien nuevo asoma los ojos por aquí y nos dedica un piropo...ese día se les olvida incluso pedir su mendrugo de pan duro.