ESTUDIO PSIQUIÁTRICO DESVELA NUEVAS FOBIAS.

EXTRAÑAS MANÍAS QUE SUFREN AQUELLOS QUE PROBABLEMENTE NO TIENEN OTRA COSA EN QUE PENSAR.


Los informativos nacionales, sobre todo esos que vienen por los tubos de rayos catódicos, nos tienen acostumbrados cada cierto tiempo a desvelarnos nuevas fobias del hombre moderno a cada cual más absurda ( recuerden el “síndrome postvacacional” ). Pero también ha lugar a estudios sesudos, serios y de tantos folios que no se pueden grapar, y es a esos a los que nosotros, bolígrafo en ristre, prestamos toda la atención posible. Hemos tenido ocasión de entrevistarnos con el eminente Doctor en Quisiatría y Ciencias Absurdas Don Anoillo Perenganez Obtuso en su propia consulta. Otra de esas entrevistas por la que jamás nos darán el Pulitzer ese ( ni falta que nos hace ).

-Doctor Anoillo, usted y su eminente équipo de mamíferos vertebrados han catalogado para la quisiatría esa un grupo de nuevas manías.
-Así es, tras largos minutos de estudio, así lo hemos hecho, y lo hemos apuntado todo en una libreta de anillas con hojas de cuadritos para que no se nos olvide.
-Bien, todavía no había hecho la pregunta, pero siéntase usted libre de interrumpirme cuando vea bien usted, que para eso está usted en su casa.
-Técnicamente no es mía, es de su propietario hasta que le termine de pagarle las letras. Voy por la w minúscula, así que queda poquito.
-Usted está para que lo encierren.
-Y usted que lo diga.
-Bien, vamos al grano. Cuéntenos en qué consisten esas nuevas fobias.
-Sí, verá hirsuto joven. En primer lugar en orden de importancia encontramos la que hemos tenido a bien llamar “ungulafobia”.
-Y que consiste en....
-Temor reverencial a dejarse largas las uñas de los pies . Tenemos la variante contraria, la fobia que se presenta ante la visión de un simple cortauñas, pero aún no la hemos bautizado, porque en la parroquia del barrio no nos daban hora.
-Ojalá esta entrevista hubiera sido por teléfono. Prosiga.
-Un número determinado de mis pacientes mostraban una serie de síntomas específicos en lugares concretos. Estudiando con ellos este problema, y el grupo de síntomas a los que daba lugar, llegamos a la conclusión...
-No se me enrolle que la cinta de la grabadora la tengo que usar para otras cosas
-Vale, la llamamos “piscatufobia”, aprensión por las pescaderias de barrio con mostrador de mármol.
-Estupendo, hábleme de otra cosita más, que en el blog tampoco tenemos mucho más espacio.
-Bien, entonces le hablaremos de...
-Perdone, ¿hablaremos?
-Sí, yo y mi grupo de investigación que soy yo mismo con mis cosas.
-Me deja usted patidifuso.
-Sí, como le decimos, la manía más grave, por los problemas que el individuo que sufre a nivel social, familiar y en las reuniones de la comunidad de vecinos, es la que hemos tenido a bien llamar “aquilinofobia”, el que la sufre no soporta la proximidad de nadie cuyo nombre sea Aquilino.
-También es casualidad, así me llamo yo.

Nuestro redactor huyó de la consulta entre gritos de pánico propios de una niña de parvulario proferidos por Doctor Anoillo. Todo hace ver que este buen hombre era “aquilinofóbico” y aún nadie se lo había comunicado.

Atención: se aceptan fobias que tengan ustedes por casa y que ya no usen. Dejenselas al portero de nuestro edificio, que nos las subirá con el correo.

Informó Aquilino Aquiliano, que no es el mismo desde la entrevista.