viernes, 11 de febrero de 2011

TAUROMOTORAQUIA


RETRANSMISIÓN EN DIRECTO CON RETARDO DE LA FIESTA PATRIA.

-Buenas tardes y saludos muy coloquiales en este fantástico marco incomparable de la Monumental de Las Compras. Gracias a los alambres de cobre, a las antenas de percha y los vídeos de tres cabezales, les invitamos a la celebración de la quinta de abono y mantillo. La plaza presenta un vacío absoluto, salvo un mejicano en el tendido de sol, propio de las caricaturas animadas del ratón Sparring Gonsalvez. Porque lo importante está en la calle, junto al vado permanente de la entrada de cuadrillas. ¿No es así, Contubernio del Puchero, niño de la Montera Calada?
-Grandiosha tarde de torosh, shi.
-Vemos imágenes del exterior, el maestro ya se aproxima, ahí lo vemos, vestido de pana y oro con toques de colcha compostelana en los filirburillos. ¿No llevaba usted similar indumentaria en la recordada tarde con Pascualín Peribañez y Comendador de Pelacañas?
-Yo iba de panash y papel aluminiosh...cuando no eshtaba por las nubesh.
-El público resguardado en la coqueta alameda saluda al diestro mientra suenan los sones al organillo del compositor Luis Sanjacobos. Tras de él hace el paseillo la cuadrilla del maestro, compuesta a partes iguales por recortadores, picadores y picapleitos. Esos últimos portan maletín grana y van lanzando citaciones judiciales que el pueblo recoge con júbilo.
-She le nota en forma, a cortado dosh orejash y cinta de inaugurar en la Portátil con Ashas de Shan Shandunga.
-El diestro aborda el descapotable color albero mientras el alguacilillo espera colgado de la puerta contraria la entrada del astado. El monosabio arranca el motor cosechando más aplausos y el alcalde da su venia a bordo del motocarro oficial. Los mozos arengan al toro que ya entra en los asientos posteriores del vehículo. Ya arrancan.
-Me she vienen recuerdosh de aquella tarde, en aquel mano a mano con Rafalito El Pedigüeño en la moto con shidecar.
-Gran faena, diga usted que sí. Primeros compases del diestro, que recibe a Perillín, cornituejo, retranco, zahíno, apostólico y macerado. Un primer pase, muy seguro, seguido de un doble zigzag al pie contrario. ¿Qué le parece el toro maestro?
-She eshtá entreteniendo mucho a la altura del ashiento del copiloto y tira de alfombrilla.
-La gente recibe la faena cuando la comitiva sobrepasa la Plaza del General Cañamazo. Banderas multicolor en los balcones y bellas muchachas en trajes de lunares y patines siguen la evolución de la corrida. Pase de sobaquera, seguido con un requiebro por seguidillas.
-Hashta ahora vamosh bien, tiene que gashtar cuidao con el cinturón de sheguridad porque nos vamos a los bachesh.


-Suena el claxon armónico y comienza la suerte de antenillas. Manejando una Lonchetta de 65 centímetros cúbicos aparece Fernandillo El Poleas, animado por su padre desde el autobús turístico de dos pisos ante el que pasa la serpiente torera. El Poleas se prepara y las coloca en todo lo alto, señores. Aplausos generalizados cuando el monosabio sintoniza la zarzuela Los Perdigones. Como bien ha dicho el maestro en estos momentos entramos en tramo rural. La moto dos nos pide paso.
-Buenas tardes compañeros. La gene muy emocionada al pie de la calzada recibe la faena con gran algarabía. Desde aquí vemos las evoluciones del morlaco, empeñado en bajar la ventanilla del descapotable.
-Esh que vienen muy reshabiaosh los condenaosh.
-Gracias moto dos. Nos espera el Alto del Fanfirforlán, cuando llega la suerte de cadenas. Suerte de llevarlas, porque tendría que suspenderse la velada y devolver la gasolina gastada por los aficionados. Ahora los requiebros son más lentos. ¡Eso no se puede hacer hombre, es una vergüenza!
-Pitan losh eshpectadores con mucha razón.
-El apoderado de encarama al vehículo y le grita que no se puede tapar con el capote aunque lleve frío. Va a tener que enmendar con los últimos compases si no quiere bajarse a medio camino.
-Recuerdo aquella deshafortunada tarde en la nacional sheish...qué pasheo que me dí hashta Pancerrada con lash zapatillas de media shuela.
-Brinda el éxito a San Octano, patrón de los Sutidores y arroja la montera barranco abajo. Un labriego que la ve caer no espera ver si lo hace boca arriba o boca a bajo y se la encasqueta al primer bote. Ha pedido la varilla del aceite, comprueba que los niveles son correctos. Ahora sí, se lo juega todo. ¡Ole, ole ese dominio del capote en pleno cambio de rasante! El toro embiste bien. Atención, madre del amor amoroso, gran enfado entre el respetable. Un espontáneo se acerca en bicicleta con un mantel de cuadros. Los miembros de la Autoridad de Ingenieros de Canales y Puentes lo retiran con cuidado. Patente enfado del diestro, como no podía ser de otra manera.
-Entre eshto y que llegamosh al peaje de Valdeapaños...
-Silencio y motores al ralentí que se lanza. Esa postura, un poquito combao. El astado patea y revuelve las esterillas. Hay que aprovechar el punto muerto en la cuesta. Ahí vamos. ¡En todo lo alto! Claro que sí, ¡qué bien ha colocado el sello de la Inspección Técnica Vacuna!. Se sienta el toro, no va a hacer falta pedírselo por favor. Ahí estamos, se ha sentado con una pata por fuera y no se pierde ni un cartel de propaganda. Una hermosísima faena.
-Digna de Curro Fitipoldi. Deshde esha venta cercana le lanzan morcones ibéricosh, mapash de carretera y limpia parabrishas.
-Nos volvemos a la capital después de este despliegue de arte motorizado. No desconecten sus receptores y asistan al encuentro entre el Hipotético de Aladeuna y el Zurdos Club Cartelona, partido en la cumbre. En la cumbre del pico Tedio, a una temperatura de carámbano y una altura media de caerse y hacerse polvo. Buenas noches.

Retransmisiones Estrambóticas de Sótano 71. Copias en video a quince pesetas.

2 comentarios:

Rubén D. Caviedes dijo...

Fascinante mandanga, amigo. Se me saltan aún las lágrimas en henchido orgullo patrio y matrio así, mire, una, otra, otra. Qué güenas tardes de arte, duende, tronío y tocotó a cuenta de la fieshta y del maestro Contubernio del Puchero. Me retiembla la barbilla con solo de pensarlo.

Mr.Incógnito dijo...

Son interruptores sentimentales los que con facilidad pulsan estos reflejos atávicos tan nuestros, querido compatriota. Es necesaria una sensibilidad especial para disfrutar del toreo a bordo de utilitarios y debemos conservar esta costumbre artrítica tan nuestra, y alejarnos de espectáculos ajenos como rodeos en globo.