viernes, 17 de septiembre de 2010

LE CLUB CINEMATOGRAPHIQUE.

GRANDES TÍTULOS CONSAGRADOS DE LA CINEMATOGRAFÍA CULTA.

VOULEZ-VOUS DANSER AVEC MOI?
¿Quieres que bailemos un vals?
José Trévelez –Cantautor muy protestado.

Emisión 3.057.

-Bienvenidos amantes de aviesos celuloides capaces de hacer aflorar emociones a un paragüero de latón. Al compás de los sones desacompasados del maestro Ferretero nos introducimos una noche más en este ambigú realmente ambiguo, pues a los ojos desentrenados puede parecer un almacén repleto de cajas de pepa-solas hasta el techo pero usted y yo sabemos que este rincón es el templo dado de la cinematografía. Saludamos a nuestros contertulios, en primer lugar Matías Unseñor, reputado director y sabihondo de guardia.
-Eso me recuerda en 1969, en aquel rodaje al que no asistí...
-Y por otro lado al dramático dramaturgo Bernabé Orejas, bienvenido una noche más.
-Me veo obligado a discrepar.
-Nos ocupa esta noche un clásico del terror del pasado quinquenio, un género en ocasiones mal entendido, denigrado por unos y descompipensado por otros. ¿Qué podemos decir del título a priori?
-A priori es un pésimo actor y él mismo es consciente.
-Consciente de sus limitaciones, por ello no nos engaña. Un saludo a priori.
-Estupendo, si no fuera por esta infusión de güisky me preocuparía no entenderles. “Soñando Soñando, triunfé masacrando”, ajustada translación del original inglés “Ice Slasher”, aunque quizás alejado de la lírica asertiva de su denominación francófona “Les Grandes Asessines Au Patins oui glassés!”
-Eso me recuerda una anécdota que no recuerdo.
-Francia, tan acertada incluso en lo que desconocemos.

-Contemplemos esta opus magna de los fotogramas, cuando eran recolectados uno a uno del árbol, ¡no como ahora, tanto artificio, hueco de sentimiento e hinchado de luz y color!
-¡Cuán lejos del invento de los hermanos Lumbreras, que vieron la cinematographie como una disciplina artistítrica y no como una atracción de barraca de feria!
-¡¡Oh campos de soledad, mustios collados!
-No se me pongan estupendos y repasemos sin entrar en más dilataciones las escenas clave, puesto que sospecho los espectadores no iniciados puedan perderse entre la cantidad de paradojas visuales y argumentísticas del título. Magdaleno, pulsa el play cuando quieras y no le retires el trozo de cinta aislante.
-Ya en los títulos de crédito se nota la larguísima mano de la escuela polinesia, observad los collages. Si os fijáis bien, en el segundo treinta y siete el cabello que aparece temblando en la esquina inferior superior derecha es del montador Marcial Justiné, lástima que no recuerde su nombre para mentarlo en directo.
-Gran contraste entre el silencio aparente y el sonido sobreimpresionado de las bielas de la máquina de montaje. Todo un hallazgo.
-Sin querer perdernos en las bondades técnicas, es interesante desgranar la simbiosis u resumen de la historia. Jean Francois Voo de Reis es un patinador frustrado que sufre un terrible accidente a la salida de un supermercado.
-No olvidar que la sutil anécdota argumental sirve para observar con espíritu de entomólogo el diario quehacer de la sociedad de consumo...
-Jan dixit.
-Decidido entonces ante ese revés del destino a encauzar su vida al noble arte del patinaje, obviando el hecho de parecer más el trapo de un afilador que un ser humano.
-Maravillosa coreografía de muslos al aire en este segmento.
-¡¿Cómo olvidar puedo aquellas escapadas finiseculares en la Dophine-Liberé!?
-Atenazado por las malas artes de las gimnastas, imbuidas de un terrible concatenación de lides en pos de un triunfo mal merecido, empujan a un inocente alma descarnada al ansia por la destrucción carnal del prójimo, aquel que sabiamente Maurice Crochet denominó “le enfant terrible, le petit fille du mademoiselle non recaté”.
-Como diría después en su adaptación musicovocal la guapísima Rodolfo Cantera, “tú, que fuiste tú aunque yo ya no te conocía”.
-Magnífica canción y mejor persona.
-Recogida eso sí en la edición en cartoné rústica de “Ice Slasher, una visión transversal del espíritu humano. Con letra grande y soluciones al final” del lapón Iubashi Troblerone, como una de las pruebas de la incrustación del filme en la catársis cultural posterior.
-¿Alguien me presta una cita culta un instante?
-¿Le interesa esta?, del gran Armchair Du Franele, “hipocresía sí, las narices”.


Distendido momento en plató del programa durante el cual se aprovechó
para proceder al cambio de bujías y revisión del aceite de la cámara tres.

-No queremos destripar el final del título, aunque si aún no lo ha visto no merece usted llamarse erudito, iniciado, entendido, cinematograficofilo ni Ramón. Sin observar el monólogo interior al patio de luces del protagonista con ese bizqueo tras la máscara...
-Considero aún más importante el diálogo con la mesita de noche, impersonando el eterno conflicto con la némesis, el peligro adjunto y desconocido autorevelado en genial muestra de oda a la profesión.
-Y la caja del dvd, de poliespirenaico extendido, dura durísima.
-Aquí vemos el final, dramático, de ópera en dos tiempos, los claroscuros expresionistas deudores de la escuela de Baviera.
-Pero no vamos a contarlo.
-No diremos que al final la justicia prevalece, las ansias se colman y el circo Ring-Ring hace su aparición en un fantástico cierre onírico.
-Me comentan de control que al parecer tenemos un problema en los reproductores y hemos estado viendo la programación vespertina de la cadena chafardera TrolaBrinco.
-Heredera de le Grand Guignol.
-¿Un copazo de Marie Brizard?
-Hace. Hasta aquí su ración de cultismo diario. Recuerde ingerir un buen vaso de agua para bajar el tapón y le esperamos en una próxima cita en este rincón entre amigos. ¿Unas últimas palabras?
-Que alguien le diga a mi mujer que ya voy subiendo.
-Me veo obligado a discrepar.
-Buenas gracias, muchas noches.

Bassement Seventy-one Cultural Magazine.

3 comentarios:

loquemeahorro dijo...

Hombre te ha faltado la referencia a John Ford, pero lo del Gran Guignol, convalida perfectamente.

pd. "Francia, tan acertada incluso en lo que desconocemos.": Una vez más, genial.

Rubén D. Caviedes dijo...

Ay, coña, qué grandes son ustedes.

Yo, que estudié Ciencias Absurdas de la Comunicación Abstracta, tuve profesores que hablaban tal que así, mire. Clavadito. Tuve uno que, no es broma, dijo algo parecido a lo suyo del pelo del montador de un pelo que aparece en Los Pájaros de Hitchcock. Luego se pasó el resto del curso diciendo que el moño de Tippi Hedren simbolizaba, en realidad, su vagina. La de Tippi.

Me ha encantado, por cierto, lo de: '¡Cuán lejos del invento de los hermanos Lumbreras, que vieron la cinematographie como una disciplina artistítrica y no como una atracción de barraca de feria!'. Se les nota a usted el bagaje, que grán palabro, bagaje, el bagaje, decía, por más comediantes que se pongan. Qué falta haría que a otros se les viera el bagaje, por cierto. En tertulias vespertinas y esas cosas, ya sabe. Una lástima.

Mr.Incógnito dijo...

Esclareceremos sus inquietudes:

loquemeahorro: El macnifique cineasta quedará emplazado para otro filme que concuerde más con su carrera. "Cowbot 2: la vaca ciborg Go to west!" es un ejemplo de concordancia con la visión cinéfila del autor.
Francia, encrucijada de caminos, crisol de razas...

Señor de las moscas: Fue usted aprendiz de Ciencias Absurdas y la lectura de su santa casa así lo atestigua, para regocijo del ojo lector. Respecto a pelos, montajes y moños (gracias por la aclaración al respecto) poco habemos de decir, simplemente no pondríamos reparos a una cátedra con vistas al mar y alicatada hasta el rodapiés.
Nuestro bagaje bien, gracias, bajo la cama cogiendo polvo, ácaros y demás sub-criaturas de los bajos. Sacarlo como que nos da pereza.-