sábado, 15 de agosto de 2009

¡QUIERO MI RAYO DE LA MUERTE DEL AÑO 3000!

PETICIÓN DESGARRADORA DE CIENTÍFICO MALÉFICO.

Con ustedes de nuevo Pascual Kilohercio, redactor en reserva. Sin nada mejor que llevarme a los dedos transcribo la angustiosa llamada de auxilio de Lotario Feldespato, un vecino de escalera dedicado en cuerpo, alma y gafas a la conquista y/o aniquilación global, lo que le salga más barato. Con las manos en las axilas nos transmite un burrofax dirigido a la empresa Televenta Desgana S.A., debido a unas vicisitudes que él mismo les va a contar en el renglón siguiente. Impacientes que son ustedes oiga.

Lotario Feldespato. Maligno colegiado 9829.
Apareados del Terror número 15. 90210 Transelvania.


A quien pudiere corresponder el interesarse por el asunto.

Escribo estas líneas azorado por la inquina que me corroe la goma de los calcetines deportivos debido a su patente inutilidad intrínseca a ustedes mismos. Me dirigí a ustedes vía telealámbrica pero ante la falta de falta de respuesta por parte de ustedes mismos, me veo obligado a remitirles a ustedes el presente burrofax por servicio Pony Express para ponerles al tanto de mi problemática. ¡Y voto a Tal que si no me la resolvieren en plazo mínimo, me obligarán a enfurruñarme en grado sumo!. Eso es para que se vayan dando cuenta de con quien está hablando. O leyendo en el presente caso.

El pasado veintipocos de mayo del presente les compré el producto Rayo de la Muerte del Año 3000, animado como un colegial ante su anuncio en televisión en hora de señoras lascivas...que me obliga a ver mi caprichoso mando a distancia. Creí poder conquistar el hemisferio en dos tardes cuando ¡Oh, campos de desolación, valle de lágrimas! recibí en mi laboratorio un producto de inferior calidad, apareciendo en la caja la cita “Haz lumínico ligeramente molesto de 1984”

Aún confiado de su efectividad salté a la calle desde la terraza del entresuelo y me dispuse a sojuzgar a los seres inferiores que pululan a mi alrededor. Pero todo fue en vano, logrando sólo chamuscar las cejas del frutero de la esquina, bombero-torero taciturno para más señas, y saltarme el pespunte del bolsillo de la bata de maligno chiflado en la desesperada huida posterior. Deberían ver su puntería armado con melones.

Acudí entonces a su servicio de desatención telefónica donde me encontré desamparado e incomunicado, más incluso que aquella vez que volé por el espacio sideral preso de un espejo de cuarto de baño hasta que me liberó en un descuido un astronauta a la hora del bocata. Tras catorce días a la espera de tono creí enloquecer con su música de organillo infernal. Todo para que me dijeran que debía esperar a que llegara el siguiente envío. Además, por detrás de la señorita de cascada voz oí gente riendo. Y llamándome tonto en coro. Desde aquí me disculpo por los posibles insultos, impropios de un hombre de mi posición, que pude dirigirle a sus trabajadores una vez hube colgado el teléfono.


Requiere montaje previo. No sea usted impaciente y quiera dominar
el universo sin leer las instrucciones de uso.

¡No pueden jugar de esa manera con los sentimientos más profundos de los esforzados líderes del mal, caramba! ¿Creen que por aparecer ante la opinión pública como taimados aspirantes a malvados no tenemos sentimientos? Sepan ustedes, caballeretes, que de no tener el Rayo de la Muerte del año 3000 en mi poder de aquí a cuatro días, me veré obligado a esperar otros tantos. ¡Y mi paciencia tiene un límite! En concreto dos años y medio. Llegado ese momento y si no veo satisfecha plenamente mi petición estaré en mi derecho de solicitarles un nuevo Rayo de la Muerte del Año 3000 y una vez lo reciba haré fosfatina sus inexistentes instalaciones centrales, geranios de la terraza incluidos. Ustedes no saben con quién están tratando. Les advierto de manera clara: si una mañana se levantan y encuentran los nombres de los buzones intercambiados ¡ah, no valdrán quejas, están avisados! Y ese sólo será el primer paso en mi desquiciada carrera vengativa. Pueden esperarse de mí que les pegue el timbre con celo, que llame a su puerta y luego me esconda o que me pasee frente a su edificio con gesto altivo y desafiante.

Anden por favor, mandénlo, aunque sea el Mini-rayo Llavero. Anden. ¿Quieren que me ponga de rodillas?¿Es eso lo que quieren, verme rebajado en mi condición de Doctor Maléfico? Pues ya lo han conseguido.

Atentamente, Lord Lotario Feldespato, Vicepresidente de su Sala de Estar.

PD: ¿A cuánto tienen el kilo de esbirro desalmado?¿Hacen plan Renove?
Servicio de Cotillas de Mensajes Ajenos de Sótano 71.

6 comentarios:

Rubén D. Caviedes dijo...

Procedo a comentar, no sin antes arquear mis cejas al bies poniendo sus extremos salientes boca abajo para significar la congoja que me invade al haber faltado a mi habitual cita del pasado post. El verano, su ocio y su asueto, que le hacen a uno perder las buenas costumbres, empezando por cortarse los pelillos de la nariz y acabando por no postearles a ustedes. Vergüenza de país.

Procedo. Le iba a decir que qué vergüenza lo que están haciendo con este hombre, de verdad, clama al cielo, yo no sé qué hace que no está ya aporreando las puertas de FACUA y elevando queja personalmente al propio superintendente de la organización de consumidores escocidos, que es un señorín con las cejas depiladas muy gracioso que sale siempre indignado día sí día también en el programa de Susana Grisso. Yo hace poco me compré, también a intempestivas horas nocturnas, un prodigioso chisme armado de dos ventosas unidas por un mango, que tú lo pegas contra cualquier superficie, flop, se adhiere cosa mala, y ya nunca correrás el peligro de hacerte la crisma añicos contra el suelo de tu hitchconiana bañera o plato de ducha, lo que cada cual tenga. Oiga, ¿¿y se puede creer que me mandaron una cosa llamada Jex Extender, y qué me aspen si sé para qué sirve??? Dice mi señora que es un abrebotellas de diseño, aunque el otro día tuvimos una visita y cuando saqué el Chateaux Don Simón cosecha del mes pasado y lo descorché con el Jex Extender, ambos amigos visitantes me aplaudieron rabiosamente porque dijeron que tiene más merito eso que para lo que sirve en realidad. No me pregunte para qué, cuando se lo prgunté se pusieron blancos y tuve que cambiar te tema porque me daba la impresión de que estaba hiriendo sus sensibilidades.

loquemeahorro dijo...

Si aún así no se lo envían, es que no hay justicia en este mundo.
Claro que si se lo cambian por un Abdominaiser, se podría conformar, ahora hay unos "bodys" reductores que tienen hasta una placa de yeso para disimular michelines, yo creo que a este señor, le podría valer, no??

Anónimo dijo...

Qué injusticia, qué injusticia,cómo podrán las fuerzas del mal vencer sobre el bien si no tienen las armas adecuadas? Y mientras tanto, el bien se ha ido armando, dicen ,que con puñales sin filo, de esos que aparecen en las películas y las fuerzas del mal están aterrorizadas.
¿Adónde irá a parar éste mundo?

Mr.Incógnito dijo...

Respondamos por orden de las mismas respuestas que le vamos a responder:

El señor de las moscas: Disculpado queda, la dimensión paralela de la vida real presenta, de cuando en cuando, ofertas jugosas. Caso parecido al que nos comenta nos llegó via telegráfica. Un señor pidió un Jex Stender, que el diablo nos lleve si sabemos para que sirve, y le enviaron un abrazaduchas con ventosas. El resto lo dejamos para las creativas mentes que nos visitan.

lo que me ahorro: El "body antibalas", mejora de imagen y seguridad personal todo en uno por pocos euros.

esto de vivir: Si dejamos este mundo en manos de mentes bien pensantes amigas del diálogo ¿acabaremos, pregunto, en un mundo regido por los sentimientos y el buen rollo? Por ahí no pasamos, donde esté un buen mundo postapocalíptico, que se quite todo.

Rubén D. Caviedes dijo...

Pues vaya plan. Y lo peor es que no se imagina usted los increíbles guarrazos que me meto en la ducha, oiga, y por más que me meto en ella con el jex extender dichoso no encuentro yo manera humana o divina de que se adhiera a la pared.

Mr.Incógnito dijo...

Duchas, ¡traicioneros instrumentos de higiene corporal! El servicio Traumatológico De Productos Erróneos le sugiere ir cambiando de invento a la hora de entrar a la ducha. Empiece por el picatodo Silver Bullet, los super-cuchillos del Cheff Toni y el exprimetodo-que-no-recuerdo-como-se-llama-pero-tiene-una-uve-y-también-se-la-inventó-el-cheff-Toni.

Se seguirá cayendo en la ducha pero tendrá tanto tiesto suelto que no llegará al suelo. Aunque puede acabar hecho picadillo...en tal caso sírvase a usted mismo muy frío.