Sótano 71. Reutilizando imágenes antiguas con la esperanza de que no se note desde 1984.
Sintonía de cabecera: Órganos Eclesiásticos Herederos de Mari Loli.
Sintonía de cabecera: Órganos Eclesiásticos Herederos de Mari Loli.
- Bienvenidos sean a este espacio de gran interés humano, en concreto un dos por ciento Tae. Recorremos la península, islas Columbretes incluidas, para traerles lo más granado del variopinto panorama humano mamífero de este, su país y cada día el de más gente. Conectamos con nuestros compañeros destacados, cámara al sobaco, en casa de nuestro protagonista de hoy. Buenas tardes Popeyo Spinachi.
- Buenos mediodías en directo desde la recoleta localidad de Cenutrios del Páramo, atentos con los ojos vueltos a la actualidad de perfil social. Como reporteros intrépidos nos encontramos en la vivienda de nuestro entrevistado, dejándonos las rodillas con los muebles del salón y la dignidad con el frotar lujurioso en las canillas del perro de la familia. ¿No es así señor Julito Pelambreras?
- Así será, pero quiero advertir antes de todo lo posterior a usted, al cámara y a todos los espectapacientes de este programa que conozco su trayectoria en internet y que, atienda que vienen mayúsculas ¡NO VOY A TOLERAR QUE USEN MI PROBLEMA COMO OBJETO DE MOFA, BEFA, ESCArnio y profiteroles, ¿queda claro?
Cámara 7.Ovación cerrada por reformas del público.
- Ha tirado usted de mayúsculas y al final se ha desinflado.
- Porque soy de arrancar fuerte pero a medio parlamento me desinflo. Pero que consten mis palabras en las ondas hertzianas.
- Sufre desde hace unas fechas indeterminadas un problema que le rasca las meninges y le estrecha las criadillas, un miedo atroz y una existencia atribulada.
- Asín es caballero. Un problema que me tiene en un sinvivir.
- Perdonen al entrevistado, quizás los nervios le impiden hablar con corrección. Usted tiene un poblema, a ver si se va a saltar las normas linguísticas televisivas.
- ¿Ve, ya estamos? No han hecho nada más que llegar, almorzar dos veces y corregirme. No caballero, tengo un problema, una vicisitud, un escollo.
- Compañeros de estudios centrales, no entiendo a este señor.
Plató. El presentador rebaña unas natillas. Mira a cámara.
- Déjalo que diga lo que quiera, no lo corrijas si se equivoca, allá él.
- Hala, suelte por esa boquita.
- Estoy diagnosticado como enfermo de Rotondofobia, una extraño miedo que sufren una persona de cada sistema solar, y a mí que me ha tocado. Y claro, los señores listos de los Fomentos y las Recontratas sabiendo de mi problema han tenido a bien hacerme la cusqui, la puñeta ya me entiende.
- No, ni jota, ¿qué dice que le duele por las mañanas?
- Las vacaciones en la tele se notan ¿eh?
- Vaya que se notan, trabaja uno más ancho que largo.
- Caballero, tengo miedo a las rotondas.
Colección "Males Modennos", editorial que nos trajo de oriente el gran éxito
"Ya soy habilitado en clases pasivas. Ahora, ¿de qué va esto? en serio".
Cámara 17. Exclamación de sopresa en el público, manos tapan bocas de sorpresa. Se suceden los desmayos. Alguien ha sacado un recibo de la luz.
- Entonces me cuenta que es ver una rotonda y ponerse malo
- Vamos se lo cuento ahora y he estado dos horas antes de la conexión haciéndole esquemas y representándolo con marionetas. Sí caballero, las rotondas me producen pánico tremendo tremendo.
- ¿De dónde viene este problema? ¿Hizo transbordo?
- Allá en 1967 mi querido padre, de vuelta de un viaje de esparcimiento sensual, se internó en una rotonda a la altura de Alcaudete y confundido, empezó a girar alrededor del cesped pelado una vez y otra, así durante el resto de su vida. Perdone, me emociono de la misma emoción.
- Tome mi pañuelo.
- Quite, que ya le he visto lustrarse las uñas de los pies antes con él. Lo visitábamos de cuando en donde. Incluso hicimos en cierta ocasión un camping en mitad de la rotonda. Pero claro, la relación familiar se resintió.
- Y ahora su problema se agudiza.
- Si señor, el ministerio me ha colocado una de esas infernales rotondas frente a casa.
- Nos asomamos al coqueto balcón de su vivienda, nuestros espectadores pueden ver el paisaje, la fábrica de residuos malignos más allá el criadero de gamberros e incluso una sede política. Pero oiga, de rotonda ni flores.
- Porque no mira usted con atención. Si se pone en cuclillas, tuerce el cuello y leventa un brazo entre aquellos dos endificios se puede ver perfectamente la rotonda del demonio, causa de mi desasosiego.
- Yo diría que eso es un estanco.
- Vamos, sabré lo que es una rotonda con su cesped y sus coches dando vueltas.
- Aún así, un poco lejos para que le quite el sueño.
- Pero es que es saber que está cerca y mire, me depilo las orejas del mismo terror.
Plató. El presentador rellena unos cartones de bingo.
- Contamos con poco tiempo, pero tenemos una sorpresa para nuestro invitado.
Es cierto compañeros, cierre usted los ojitos que verá que cosa le traemos.
Un señor bastante mayor entra al domicilio sin limpiarse en la alfombrilla, sustrayendo un cenicero.
- Abra los ojos criatura. Le hemos traido a su padre, años después de perderlo en sin par singladura.
- Oiga, ese no es mi padre, ese es el vecino de abajo.
- Mire, no me chafe el reportaje que la tenemos. Si yo digo que es su padre es su padre. Abrázelo y santas monas de pascua.
- Lo abrazo, lo abrazo, pero que conste ...
- Julito hijo...perdona vecino, pero oye, cinco euros que me he sacado. Y hablando de dinero, a ver si los recibitos los vamos pagando...
- En mitad de esta tierna escena nos despedimos con lágrimas fingidas en los ojos. Yo también voy a unirme en fraternal abrazo. Buenas noches compañeros.
El público abandona de manera ordenada el plató ayudados por unos mozalbetes de seguridad mal encarados.
- Hasta aquí nuestro programa de hoy. No olviden que este espacio ha sido patrocinado por Orejas de Goma Dominguez, ¡siempre orejas de goma, con Dominguez!. Buenos días.
Sótano 71 Producciones Visioauditivas MCMLXXXIV.
6 comentarios:
jaja, que manera de reírme, te ha quedado genial...
Yo anteayer estuve viendo un reportaje en Saber Vivir, que es una cosa que hago yo más como ejercicio espiritual que propiamente televidente, sobre fobias raras y apareció una señora que le tenía un miedo espantoso a las perdices nivales, un chico aterrorizado por su propia pituitaria y una chica que profesaba irracional terror hacia los meridianos -los paralelos le daban más igual-. Incluso un regidor entró llorando en cámara y conexión en directo con la España continental confesando entre lágrimas su terrible miedo a los sándwiches mixtos. Pero de pánico a las retondas primera noticia, oiga. Y no es moc-go de pavo ¿eh?. Será por retondas en este país, virgen de la teta al hombro, qué furor.
Mi enhorabuena, se superan ustedes en casa actualización.
Compartimos sus inquietudes:
estodevivir: Lo suyo entonces es Rotondofilia, disfruta con estos tapones viarios dignos del diablo.
El señor de las moscas: Saber vivir es un espacio catódico contenedor de toda la sapiencia médica atesorada por la humanidad desde que las infecciones se curaban tirándose por un barranco, es cosa que deberíamos cuidar en caso de desaparición de la sociedad occidental. Respecto a lo que cuenta, quizás la más grave sea la de los sandwiches mixtos porque, ¿cuantas veces podrá cruzarse el otro pollo con su propia pituitaria?.
Querido Incógnito,
Atienda usted que la posibilidad de cruzarse con la pituitaria de uno es irrelevante a la hora de tenerle miedo a esa misma pituitaria. O no me diga que encuentra usted más probable cruzarse con un meridiano.
No obstante, la fobia no atiente a juicio lógico alguno: nótese el célebre caso introducido por el eminente psiquiatra y podólogo Prudencio Montgomery en su libro 'Fobias, Filias, Parafilias y Durezas del Pié: Un Acercamiento Estructuralista'(Anagrama, 1995), en el que se describe como un hombre de mediana edad desarrolló una fobia patológica a darse de cabezazos contra la pared y cómo la terapia de choque patentada de Montgomery-Brown, de choque de la propia cabeza contra la pared, consiguió que este señor no sólo superase su fobia, si no que desarrollase una filia a este mismo respecto, acabase convirtiéndose en Mario Vaquerizo y naciendo así el glam-pop español -aunque otros autores de corte funcionalista y sistémico niegan a la mayor estos extremos y aseguran que los primeros glam-pop fueron, claramente, Circodelia: nosotros ahí ni entramos ni salimos-.
Yo tengo reporterofobia, porque odio (lo he dicho cienes de veces) a los jóvenes y dinámicos reporteros de España Directo, Callejeros y otros desmanes.
Así que gracias, gracias, gracias Mr. Incógnito, ahora me siento algo vengada
Lo de Sensación de vivir, o cómo narices se llame el programa de los jubilados achacosos, ya no tiene ni nombre (por eso se lo he cambiado). Ni presentador, ahora que lo pienso.
Respondiéndoles:
El señor de las moscas: Más de una vez, amigo, habrá cruzado con ambas extremidades un meridiano sin darse apenas cuenta debido a su falta de fobia a este respecto. Es algo cotidiano e incluso diría más, pasa a menudo. Respecto a su ejercicio pop-arqueológico-psicológico no tenemos por qué poner ni un acento más, si usted esgrime la citada teoría contará con pruebas irrefutables acerca de cabezazos y tocabandurrias.
loquemeahorro: Al menos en Callejones los reporteros están al otro lado del tomavistas 8mm y no tenemos por qué asistir a su muestrario de sonrisas forzadas, sin que por ello dejen de ser igual de cargantes. El programa al no tener nombre ni presentador tiene todas las papeletas para convertirse en una entelequia catódica de sanación a distancia. Y si no, al tiempo.
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