domingo, 1 de julio de 2007

NI HABLAR DEL PELUQUÍN.

¿ESTAREMOS ANTE EL CRECEPELO DEFINITVO? ¡AY, QUÉ NERVIOS!

Sabios, estudiosos y en general todo aquel con un palmo de frente que gusta de encerrarse en un cuartito para estrujarse las neuronas han tenido un objetivo que les ha hecho arrojarse de la cama por las mañanas. Empezando por los señores de una edad media, empecinados en dar con la piedra filosofal, que terminaron usando de pisapapel por la inutilidad del mismo, hasta esos listos de hoy en día que permitan que los bits vayan de vacaciones por un cable finito. Pero hasta hoy los empollones con gafas tenían una asignatura pendiente: un crecepelo eficaz.

Al igual que otros descubrimientos importantes de la humanidad, como la penicilina o el video beta, Sven Hassenhassen de la Politécnica de Alcaudete dio con la solución casi por casualidad. Según sus declaraciones, cierta mañana a la hora de los churros, su vecino, de profesión circense, le pidió que cuidara de su elefanta Matilda mientras iba al estanco a comprar bacalao. Perdió al paquidermo unos segundos de vista, justo el tiempo que necesitó el elefantito en llegar a la cocina y hacer limpieza. Reprendiendo al animal por su actitud con un catálogo de supermercado enrollado, rescató su exprimidor. Siniestro total. ¿Iba a faltar a su cita diaria de zumo de coles de Bruselas?. Echó mano de su cabeza, no para pensar, sino para reemplazar el electrodoméstico. El doctor Sven no sabía las consecuencias de estrujarse este asqueroso vegetal, para algunos una verdadera chapuza de la naturaleza, en su reluciente calva.

Horas más tarde y en mitad de una clase de “Analogía del pensamiento cenutrio” de primero, Sven notó algo raro en la cocorota. “Una especie de picor mezclado con la misma sensación que produce explotar las burbujitas de un plástico de embalaje”. En pocos segundos, Sven, calvo vocacional, lucía una tupida cabellera oscura. “Tremendo susto que me llevé” declara el único alumno pelota que asistía a clase.

Lejos de querer enriquecerse con el hallazgo, Sven ha declarado a un medio afín ( a fin de cuentas, somos todos iguales ) :“Quiero compartir este remedio con los alopécicos del mundo, somos primos-hermanos en la desdicha de la sequía capilar”. Conocidas firmas del mundo del embotellamiento de mejunjes se han puesto manos a la obra, cultivando coles hasta en los calcetines de los ejecutivos. “Nos parece muy filantrópica la actitud de este genio, pero nosotros vamos a cobrar el litro de jarabito a riñón el litro” declaró William Sotana, director comercial de SoplaCola al primer pobre calvo con el que se cruzó.




Sin embargo, según los expertos en este y otros asuntos que se apresuran a dar su opinión sin que le pregunten, este tratamientos no debería realizarse sin control médico. Un suceso ha venido a darles la razón: un señor de Jaén usó el “Cocacoles de Bruselas”, comercializada por Refrescos Viuda de Agustín, en sus cejas, sin que las autoridades hayan aclarado si lo hizo por llamar la atención o por ser un manazas. Tras el rápido efecto, y para no tropezar con ellas, ha debido anudarse las cejas a la altura de los riñones, tendencia estilística que ha sido ya imitada en las pasarelas de moda de Millán y Tarcelona. La reacción del defensor de la col de Bruselas no se ha hecho esperar. Citando los derechos de sus defendidos ha puesto el grito en el cielo, procediendo a quedarse afónico segundos después, gesto muy agradecido por los presentes.

Informó Jacinto Cospio, Decano del Colegio de Médicos Hirsutos de Guardalajarra.

6 comentarios:

Luigi dijo...

Me escribe una carta mi suegra en ruso desde Noril'sk, siguiendo con su ruta circense por la bonita Siberia. La carta es en ruso porque no sabe escribir y se la ha dictado al funambulista.

Asevera que conocedora de las flatulencias que provoca la col, que cada cual observe el suyo y compruebe como la zona alrededor de la evacuación de gases, crecen los pelos mayormente que en otras zonas. Que por ello desde hace tiempo que sustituyó los rollos de celulosa por coles, pues asegura que el pelaje le da calor y abrigo en el frío siberiano.

En la misiva reclama los derechos de patente del Sr. Hassenhassen, ya que asegura que Matilda, huyó despavorida del circo debido al arduo entrenamiento al que mi suegra sometía a la sufrida paquiderma para que hiciera la colada, limpieza del local, e interpretación a cuatro manos al piano de los nocturnos de Chopin cada noche para que pudiera conciliar el sueño. Que no le cabe la menor duda de que Matilda se chivó del descubrimiento al citado impostor.

Anónimo dijo...

Esa remedio ser muy antiquo, mi abuela darme crema de colas de Bruselas cuando yo ser un bebé y yo babarme mucho...

Mr.Incógnito dijo...

Agradecemos la colaboración en esta investigación que cambiará el rumbo de los fabricantes de peluquines de luigi y su suegra transiberana.

Daremos aviso a nuestros científicos de guardia sobre los nuevos datos aportados. De igual manera, sentimos decirle a la madre de su señora que de derechos y rupias que se vaya olvidando, llega tarde al reparto de la tarta y no se llevará ni la blonda.

Con mucho afecto saludamos a luigi y a esa señora rara sin dinero para la depilación a las pinzas (observen foto adjunta)

Luigi dijo...

No obstante si algo quedare, dónese a la fundación de paquidermas maltratadas, seguro que ella lo aprobaría.

gemmacan dijo...

Leandro Medario, mecánico de profesión en la Girona interior, tuvo a bien confesarme años a, el verdadero secreto para que los bulbos raquídeos recuperen la vitalidad de la pubertad. Estando yo en una granja de cochinillos, predispuesta a elegir uno bien tierno para un posterior asado, me fijé en unos puercos con la mata de pelo de Michael jackson cuando los Five. Negándome Leandro Medario que se tratara de cerdos jamaicanos, confesó entre dientes (mientras yo le apretaba los huevos) que nada como rocíar el aceite quemado de un motor, sobre la piel calva del afectado.
El invento está en fase de pruebas, debemos solventar un pequeño inconveniente, que nos impide encontrar el tono adecuado para los pelirrojos y rubiales.
Unidos en la lucha contra la alopecia, reciba un cordial saludo.

Mr.Incógnito dijo...

Respondamos por partes, tal y como solemos pensar habitualmente en esta, su redacción:

luigi: no pierda el sueño, ingresaremos los céntimos sueltos en el bote de las propinas.

india ning: nos llena de gozo que fuentes acreditadas de la ciencia de esa de investigar se pongan en contacto y nos desvelen la última hora de los avances en este campo. Conocíamos de antemano este "método" de crecimiento capilar con alguna variación. En algunos sujetos, que dieron su consentimiento cuando no les quedaba más remedio, probamos a realizar el experimiento con agua hirviendo, más económica que el aceite que usted menciona. El día en el que el sujeto experimental deje de correr comunicaremos a las autoridades los resultados. Atentamente.