CON LA “COUNTRYMICINA”, MEDICAMENTO DE INMINENTE APARICIÓN, ESTO YA ES POSIBLE.
La ilusión por ser cantante de country de miles de personas de alrededor del globo está cerca de ser cumplida. El Instituto Técnico-Absurdo de Panderetas sito en Nuevo México ha conseguido poner esta meta al alcance de todos. Con un simple tratamiento consistente en la ingestión de catorce pastillas de “Countrymicina” y un enjuage para hacer gárgaras, incluso usted que lee esto y que tiene menos idea de música que un ladrillo común podrá conseguirlo.
El secreto está en su componente estrella, un derivado de la destilación del sudor derramado en escena por cantantes de country profesionales mezclado con escencia de cactús, una pizca de arena y un chorrito de bourbon. Los responsables de tal guarrada corrieron raudos y veloces a patentar el menjunje no se lo fueran a copiar, que la cosa de los derechos de explotación anda regular últimamente. Después convocaron una rueda de prensa ( a la que no estuvimos invitados, ya les vale ) para sacar a la luz el susodicho producto, donde sacaron cositas de picar y todo.En el propio acto escogieron al azar un conejillo de indias para probar los efectos y la suerte quiso que fuera Walther O´Rallas, corresponsal del diario “Incongruence Today”, a quien se le administrara el tratamiento. Tras sufrir unos escasos efectos secundarios, consistentes en pequeños mareos, excesiva salivación y descolgamiento de cuero cabelludo, este buen señor agarró una guitarra que andaba por allí y dio todo un recital al respetable, con temas como “My Little Susan”, “Balad for a cow” o “De camino a Texas compra pan para la cena” que hizo las delicias de los asistentes....ya hemos dicho que no estuvimos invitados, pero es que escondimos a un corresponsal en una papelera y se enteró de todo.
Sólo resta que el Ministerio de Salud y Ganchillo en nuestro país permita la comercialización de estel medicamento en las más distinguidas farmacias y gasolineras para que todo hijo de vecino vaya por ahí con una camisa de cuadros y un sombrero de cowboy destrozando clásicos del country. Algunos listos con la frente arrugada de tanto pensar han intentado, eso sí sin éxito, pasar la fórmula al entorno español y convertir la “countrymicina” en “flamencomicina”, cambiando los ingredientes ya revelados ( y que nos va a costar una demanda por difundir la fórmula ) por sudor de cantaor flamenco a la luz de dos focos mezclado con zumo de geranio, tierra de albero y un chorro de manzanilla. Algo más le han tenido que añadir en América, porque la cosa aquí no funciona. Tendrán que ir pensando otra cosa estos pollos para llenarse los bolsillos trabajando lo mínimo.
Atención:
Este artículo es de un medicamento.
En caso de duda pregunte insistentemente a su farmaceutico.
Ver composición ( no hace falta que la entienda, con que la lea ya sobra )
Informó la Redacción de Sótano 71
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