¡ESTE COGOTE DA CAVIAR!

LA NUCA DE UN SEÑOR ISLANDÉS PRODUCE ESTE CARO PRODUCTO.

La sorpresa ha brincado en Islandia, tierra de...mucho frío ( suponemos ) cuando un jubilado asegura que su cuello produce huevas de esturión de fantástica calidad. Siempre según su versión de los hechos, ( y con traducción simultanea del islandés, idioma que conocemos perfectamente porque lo vimos un día pasando por la calle ) este simpático jubilado declara: “ estaba yo aburriéndome como una morsa, tirado en el sofá viendo películas de hace veinticinco años en la televisión por cable cuando, sin darme cuenta y por hacer algo con las manos hasta la hora de comer, empezé a manosearme el cuello, ahora me masajeaba, ahora me rascaba, ahora me frotaba....cuando noté algo pringoso en la palma de la mano. Como sólo hacía dos semanas que me las había lavado, porque ya me tocaba, me extrañó tenerlas sucias, por lo que llamé a mi mujer que ve mejor que yo y se lo enseñé.”

Continuando con la declaración de este buen mamífero, fueron inmediatamente al médico de cabecera de toda la vida a preguntarle con cierta angustia el motivo de esa pasta negruzca que a Oläff Khetal le chorreaba a borbotones de las proximidades de los pabellones auditivos. El médico, sorprendido, puesto que era el primer caso de esta enfermedad que había visto en sus cincuenta años de esforzada profesión, procedió a realizar diversas pruebas. Tras ver el color, composición de la pasta, olor, suavidad y realizar más y más análisis caros a la par que absurdos, concluyó, para sorpresa de los presentes ( incluso para sorpresa de la señora de la limpieza que andaba por el pasillo sacando la roña de los azulejos ) que aquello no era más que rico caviar, procediendo a su vez a coger una tostada de pan, untarla de menjunje y probarla para satisfacción de su paladar propio.

Sabida la noticia ( imaginen, la sabemos incluso nosotros a estas alturas ) diversos científicos, médicos, doctores, funambulistas y otros profesionales se han desplazado a Islandia, tierra de contrastes ( nota: esto es un adjetivo muy válido cuando se habla de un país sin tener ni idea ) para realizar costosas pruebas al interfecto. Este, por su parte, listo como un castor con lentillas, ha corrido a firmar un contrato con un exportador de caviar local, un contrato que es de exclusividad total, y por el cuál suministrará a la empresa todo el producto que le sea posible: “ y si para esto hace falta que no me duche nunca más, que así sea por el bien de la comunidad islandesa y el mio propio “ ha declarado con el consiguiente enfado de su esposa Maríaf del Pilarf Assenassen, que es la que soporta el tufo en el lecho conyugal.

Nosotros por nuestra parte, como siempre tenemos que dar nuestra opinión aunque nadie la pida, diremos que el caviar nos produce revoltijo de estómago con doble tirabuzón, pero a lo mejor este es del bueno y no las imitaciones que ponen en las celebraciones de boda de 45 euros el cubierto.

Informó Assier Puchero, un señor que sabe mucho de comida y piscolabis variados.