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El hermetismo de las artes del abracadabra propicia la falta de información a todos aquellos que quieran iniciarse en el mágico mundo de blandir la varita y hacer realidad fermosos encantamientos entre chisporroteos cegadores. Preguntar a su vecino si para levantar un muro de fuego elemental debe usted flexionar el meñique sólo le deparará la visita de dos fornidos muchachos portando una camisa blanca con largas mangas. Con estos sencillos consejos se ahorrará usted volver a pagar la entrada para empaparse por tercera vez de los encantamientos de la vigésimonona entrega de Tarry Botes y otros aprendices del celuloide.
La pregunta que se plantea de manera más frecuente tras haber desempaquetado el pack oficial de hechicero es: ¿cómo activo mi varita? Dejando a un lado sonrojantes paralelismos sensuales, ya todos tenemos una edad o dos, apunte en el grimorio lo que debe hacer: Con la varita bien sujeta de manera transversal a la línea del horizonte y con cuidado de no apuntarse a los pies, retire la tapadera del compartimento de pilas. Inserte tres pilas de botón triple seco. Tras ello extraiga del libro de conjuros la tarjeta Pin y apúnte en el tronco de un olmo seco derribado por un rayo el número allí escrito. En realidad esto es para darle un cariz místico, con que se lo apunte en un post-it y no lo pierda va usted bien. Inserte la tarjeta en la varita, coloque de nuevo la tapa y agítela de la siguiente manera: Izquierda, derecha, izquierda, derecha, arriba, abajo, arriba, abajo, botón start. Tenga cuidado en no equivocarse, podría encontrarse de golpe y porrazo con vidas infinitas y, creanos, es un gasto y un quebradero de cabeza. Si todo ha ido bien la pitonisa al otro lado de la línea activará su cuenta personal
Durante los primeros días tendrá derecho a un combate inócuo con otro aspirante en mitad de un páramo y mensajes gratis a varitas de su mismo elemento. Tenga cuidado transcurrido este tiempo, no le van a avisar y los mensajes después salen por un pico. Además le pueden cambiar de golpe el aspirante y usted no sería el primero en pasar el fin de semana convertido en un lémur, intentando explicarselo a su pareja mediante mímica.
Serénese y no pretenda salir a primeras de cambio, varita en ristre, a hacer el bien o el mal, según alineación. Siga rebuscando en el baúl que el chico de repartos mágicos le habrá traído. ¿Ha encontrado la capa? Bien, haga el favor de leer la etiqueta. No, lo de no lavar con agua fría no, eso se sobreentiende a no ser que quiera acabar con una pañoleta al cuello. Memorice la advertencia: “Ir equipado con capa no implica la posibilidad de volar. Para transportes de largo recorrido con Trenfe ya habría llegado”. Si lee el libro de hechizos y contratos encontrará allí reflejado la ausencia de responsabilidad por parte de Magofone si usted se pega la del siglo intentando impresionar a su amiguita. Igualmente echan balones fuera si por cualquier cosa se coloca la capa al revés y pasa el apuro de parecer un tuno de resaca.
El gorro acabado en punta es opcional. En el pack se adjunta una serie de calcamonías de estrellas en tonos plateados que, sinceramente, pasaron de moda en épocas de Morlín pero Magofone las tiene que quitar de encima. Tiene cierta utilidad para guardar el ticket del parking y otros trastos, pero una mochila le sirve para lo mismo y no parecerá usted un nazareno con recorte de presupuesto. De igual manera le aconsejamos reservar la barba postiza para alguna despedida de soltero o un fin de año pachanguero.
Llegamos a las últimas advertencias antes de que usted se lance al rellano a combatir el dragón de su vecino. No exponga la varita a fuerzas oscuras, luz de luna o el agua, los técnicos de reparación ya se saben la excusa de “si yo la dejé funcionando sobre la mesita de noche”. Observe la cobertura sobre todo en cavernas, grutas misteriosas y bares de carretera. Nuestro consejo es que por debajo de dos barritas de cobertura no haga usted demasiado el tonto, a riesgo de cobrar antes de final de mes. Si pretende levantar grandes pesos no crea que por hacerlo mediante rayitos de luz puede olvidarse de hacerlo con las rodillas flexionadas y sin estirar demasiado el coxis. Lleve siempre encima unas pilas de reserva y recuerde visitar todos los meses la Abracadabra Magofone Store, para nuevos hechizos, actualizaciones de sortilegios y recetas para caldo de murciélago.
Para todo lo demás, tiene un servicio de dos horas y tres cuartos al día de asistencia trazando en el aire un pentagrama inscrito en un octógono paralepípedo. Eso sí, apunte hacia otro lado si no quiere acabar con una alcachofa en la frente.
Magofone es una mínima parte del Gran Concordato de Magos Achilipú Network Services AllRights Reserved, dedicado a conseguir talentos y oro para adquirir mandrágoras y otras hierbas.
2 comentarios:
Lo de acabar con una alcachofa en la frente ha sido el punto final a un post divertidísimo, amigo mío. Me he reído un montón. Gracias.
Nos alegra que los problemas acaecidos a aprendices de ilusionistas chisporroteantes le diviertan. Por si las moscas se atreve a ser hechicera guarde estas instrucciones en lugar fresco y seco.
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