domingo, 16 de mayo de 2010

¡CONGELADOS INDÓMITOS!

UN PASEO POR EL LADO SALVAJE DE LA FRESQUERA.

Este reportaje de actualidad sorprendente se emitió por vez primera el 6 de marzo de 1976, no toque el color de su pantalla que no le pasa nada. También podrá oír por lo bajo la versión original en inglés. No se esfuerce, no lo va a entender así que preste atención a su idioma maternofilial.

Está habituado a acudir a su ultramarinos o economato más cercano para adquirir todos esos productos de cuestionable calidad y altos índices de protomerasas hidrogenadas fluorescentes, tan peligrosas como el rascar de ronchas o más, ¿no es cierto? Pero, atienda, alguna vez frente a las estanterías contenedoras de paquetitos de sosa sarcástica para el preparado de refrescos caseros, ¿no se ha preguntado votando a bríos la procedencia de todos esos alimentos que llegan a su mesa, o a la encimera de su cocina si usted es de los que bate el récord mundial de cien metros engullidas? Podrá parecerle un tema intrascendente, pero verá que bien adornadito se queda usted con las pupilas como dianas.

Mar de los Zarpazos. Entre el furioso embate de las olas, lanzando espuma de afeitar a la cubierta del pesquero Guadalajara Marú, seis valerosos hombres seis se enfrentan a una misión de recolección. Destino, el Casquito Polar Anárquico. Suspenden su partida de la gallinita ciega cuando el chivato de proa grita “tierra” dejándose los alveolos. En algún lugar bajo una capa de nieve en polvo descafeinada se encuentra la citada, impaciente porque quedaron a las ocho y son ya y tantas. Con el buque en doble fila para no abonar el parking la tripulación desembarca todos sus aparejos: clampones, piolets, mantas eléctricas, termos de gas zutano y calcetines de esos con dedos que según advierten se los colocan porque es regalo de sus respectivas, que tuvieron a bien ponerse de acuerdo en adquirir tan horrendo presente.

¿Qué los trae hasta aquí, dirán, con las de oportunidades laborales que existen en campos como la limadura de ostras o el rebozado de sandalias playeras? La zona en la que se encuentran es una reserva natural de la boloesfera de cornetes, almendrados, poloflisk y sosos sandwiches de nata y foei-grass. Las grandes marcas de sorbetes a lametones internacionales confían en aguerridos hombres como estos para rellenar la nevera de su súper para que usted introduzca su manita y encima de queje de que el borde del arcón federico está fresquito. Soportando temperaturas infernales de hasta quince grados por encima del nivel del mar y apretados por el compromiso de una carga mínima y unas botas pequeñas arriesgan la rabadilla por usted, consumidor. Pero, ¡cuidado! Observen al fondo esa familia de cornetes sabor frutas del bosque. Campan tranquilamente, pero su acometida puede ser furiosa, las madres cornetes pueden estar protegiendo a sus pequeños bombones helados. Han capturado a seis de un golpe pero, ¡la cámara se mueve mostrándolo todo más borroso y estremeciéndoles en las butacas de casa! El marinero Igör Requeson ha sido atrapado por una tarrina de turrón, ¡vaca sagrada, le ha salpicado de caramelo entre los dedos, eso es dificilísimo de sacar, ni con lima! El azúcar atenaza sus dedos, siendo incapaz de disparar su secador de pelo. Por suerte su compañero José Oläf Quetal se ha sentido mareado durante toda la mañana y creyéndose falto de azúcar acaba con la amenaza almendrada armado con su cuchara de repetición.

Los alegres heladeros nos dejan una tarjetita que dice así: "Estuvimos en el polo y la próxima vez vas a ir tú" Y hasta aquí se puede leer.

Ahora toda la zona se encuentra en alerta. La partida de caza retira las ganancias hacia el barco. Han conseguido valiosas tartas de güiski que venderán en restaurantes especializados en bodas, bautizos y comuniones. Ramilletes de polo-flashes que acabarán en quioscos y congelados de barrio y algunas piezas de menor valor como sucedáneos de espuma destinados a cubrir la demanda en establecimientos de hamburgesas en catapulta y ferias comarcales. A su paso escapa una exótica tarrina de souflé de limón y alcachofas, pero algo impide cazarla. Un gigantesco almendrado aparece por su flanco izquierdo. El buque, ya próximo, dispara arpones que nada tienen que hacer contra el exoesqueleto de chocolate negro y almendra congelada. Nuestros hombres pueden perderlo todo: su cargamento, la vida y lo que es más importante, los calcetines con deditos. ¡Ya suben a bordo! Pero un fallo de cálculo ha hecho que en el frigorífico tengan que hacer sitio y se ven obligados a prescindir de los helados de vainilla en cabezas de dibujos animados.

Parten rumbo a su colmado mientras el gigantesco almendrado da vueltas sobre sí mismo en la playa. Se encontraran, con toda seguridad, en la próxima expedición. Hasta entonces tendrá tiempo de limarse la coraza de almendras en el glaciar más próximo.

¿A que ahora pagar por la tarta familiar de Les Grandés Chefs Du Monde sabor Chinchilla a la Fresa Escalfada, con extra de Alioli y trozos de alcahueses la ridícula cifra de mil setecientas de las añejas pesetas no le parece ya un abuso? Claro, porque usted era un ignorante ofuscado por su entorno. Ahora ya no, ahora que ha visto este docudrama rodado en Aljete cubierto de sal es más consciente del inhóspito y absurdo mundo que le rodea.

Pármeno Parmesano dirigió este documental tan majo para el Colegio Oficial de Heladeros y Cucurucheros.

2 comentarios:

Cris Urdiales dijo...

Madre del amor hermoso!! Es la pieza mas escalofriante que he tenido el gusto de visualizar desde que Shakelton subio a Youtube el video que grabo con el iPhone cuando fue a por las croquetas de salchichon y las empanadillas de albondiga al polo sur. A partir de ahora les pondre un altarico en mi refrigerador a los sobres de brasador, que a saber si los ha sacao un robot de algun volcan polar o algo ...

Mr.Incógnito dijo...

Sorpréndase del origen de los alimentos antediluviandos que pueblan su fresquera. Somenta a la prueba del carbono catorce esas empanadillas, rasque ese hielo justo en la esquinita del fondo...y pasará una tarde de científica aficionada maravillosa.

Y cuando se acabe le pregunta a su vecina, verá como se muestra dispuesta a que trastee en su frigo.