¡AGÁRRENSE QUE VIENE LA TRAGEDIA!

SI LO SIGUIENTE NO LE AFECTA, NO ES USTED HUMANO. ¡ SO MONSTRUO!

Nos reune la mayor de las tragedias ante los teclados hidráulicos de esta santa casa. Son este tipo de hechos los que retratan a los periodistas, y cual fotomatín, unos enseñaran todas las piezas dentales aunque no sean suyas y otros saldrán despeinados. Nuestra obligación es no abandonar el puesto, informarles y esperar, mirando al cielo cual añeja postal de comunión, a que todo pase.

Un escueto teletopo llega a redacción. Las lágrimas pronto se contagian y los abrazos reconcilian posturas encontradas desde los tiempos de la invasión francesa en vespino.

"Salesiano Sobaquinho, mocetón de pro dedicado al arte balompédico que usted no conocerá sólo si ha pernoctado en una cueva sin wifi durante trescientas lunas, se queja de picores en la base de la nuca que pueden apartarlo del deporte por tiempo indeterminado, según informa el matasanos del club”.

¡Ah, violines que interpretan notas ominosas de dolor! ¡oh, callad pues os pido, en estos días Aciagos del Corte Finés! Fue nuestra primera reacción sentida y espontánea, a la par que teatral hasta la nausea con doble tirabuzón, conocido este hecho. Nuestros compañeros de los medios generalistas han actuado como se espera de ellos ante tal luctuoso acontecimiento. Crespones negros ya engalanan los vértices de la emisión teleabusiva, los respectivos jefes de servicios desinformativos salen, con ojeras pintadas con carboncillo del dos y sorbiendo el moquillo. Se ha programado un informativo especial de un chorro de horas sobre las causas del terrible, ¡terrible mal que lo aqueja, mándadmelo a mí, Dioses, no a él, es joven, rico, apolíneo y con copas del universo por conquistar! ( esto queda muy bonito al final del segundo acto, el respetable no se marcha a hacer pipí-can con miedo de perderse una estrofa ).Igualmente han sido movilizados el Cuerpo de Tertulianos Reservistas, encabezados por el ideólogo Profesor Liendres, para dotar al público de una opinión de manera rápida, y que el pueblo pueda centrarse en el dolor, el pesar, el rechinar de orejas y el plañir amateur.

Es momento este para glosar las innumerables gestas de este deportista de pro: Sobaquinho llegó a nuestras vidas el martes pasado, haciéndonos preguntar ¿qué guía, qué luz en el césped teníamos como referencia antes de su mesiánica llegada? Su visión en el terreno de juego es ya conocida, habiendo logrado, por el momento, atacar a la portería contraria sin confundirse y protestar enérgicamente al energúmeno del colegiado tres fueras de juego y la disposición del banderín de córner. Tras la desgraciada desgracia, perdonen...es duro a veces escribir con lágrimas en los dedos, su entrenador ha dicho de él “Siempre venía al entrenamiento peinado a raya y oliendo a colonia”. Sus compañeros, interpretando un sentido cántico a la luz de las velas guitarra en mano, aseguran de él “es el mejor compañero que ha fichado el club el martes pasado”. El presidente del club, visiblemente angustiado afirma “Es posible que no esté listo para el Derby Manchuria –Real Club Deportivo Palangana del viernes después del café”, cabizbajo por el pasillo se le oye gritar “con los millardos de millones que nos ha costado”, sin que sepamos a ciencia cierta a qué se refiere y si poniéndonos corbata gris perla nos saltamos el luto.

Dos docenas de plegarias a San Feldespato por la mejoría de este pollo.

Desde Presidencia del Contubernio se ha decretado tres meses de luto oficioso, quedando suspendidas fiestas patronales, exhibiciones públicas de alegría y otras jaranas. El Consenso de los Imputados, por su parte, propone a título prestumo nombrarle Hijo Putativo del País en detrimento del seleccionado anterior, Doctor Cum Laurem Teodosio Fosfato, descubridor de no se qué cosa para curar no sabemos qué tripas rotas, declarando este “lo comprendo, es un trago duro y él lo merece todo”. ¡Oigan, en grandes plazas, en anchas calles, en maceteros, reunidos los ciudadanos entonando a una voz, en si bemol, una sentida plegaria para lograr la mejoría del muchacho! ¡vean como esta señora de aspecto formal entrega a su hijo con tal de que Sobaquinho se mejore de lo suyo! Un movimiento ciudadano desinteresado e instantáneo, como el descafeinado, que emociona a propios y parientes, ridiculizando hasta dejar a tamaño bolsillo a todos aquellos malencarados sociocalumnistas que no se sonrojan al declarar que no nos sabemos mover por cosas importantes.

¡Oh felicidad! ¡Oh grandes epítetos grandilocuentes! Sobaquinho, asoma al balcón de su humilde mansión, saluda a los allí congregados, resisitiendo frío, incomodidad, perros furibundos, gases lacrimógenos y puntapiés a granel. Con cristalina voz, hercúleo porte y un fulgor en la coronilla que los más descreidos atribuyen al farolito de la terraza, proclama “Trranquilohs amigous, era la etiquetah de lo camiseto”. Prorrumpe el público en aplausos y lágrimas, lográndose el record nacional de descenso en canoa sobre llanto multitudinario por parte de una pareja de asistentes empadronados en Burgos.

El cirio pascual parece haber pasado, pero ¿cuánto tardará en tener molestias otro de nuestros gladiadores del césped? ¿qué hace la Conferencia Epistolar al respecto? ¿Qué planes tiene la MOÑU? ¿quién tiene suelto para el metro? Todas estas respuestas carecen de preguntas. Quedan emplazados a la siguiente crisis sensacionalista. La semana que viene, hablaremos del gobierno.

Despachito de Crisis Histéricas de Sótano 71.