Todos vemos a las Órdenes Secretas, Claustros Infernales, Sociedades de Accionistas y otros clubes anónimos dedicados al sano ejercicio de la intriga como algo lejano, intangible o como un ridículo club de desocupados deseosos de conquistar el mundo o su barrio, según fines. Una señora de Rebordelillo de Miastras, provincia perdida y no reclamada, ha sufrido en sus propios cojines los efectos de estos tipos, amantes de la discreción, las reuniones a destiempo, el ocultismo y, según sus palabras, “los bollos y el café gratis”.
“Empezó una mañana tras sacudir la tele y ver las camas, cuando el vecino del sexto, cosa rara porque vivo en una casa de una planta, vino a pedirme por favor un huequecito del sofá para celebrar una reunión. Yo lo dejé solo, ese fue mi error, pues mientras alimentaba al canario y a la bicicleta estática, se reunieron en torno a la mesita de mi salón quince mil miembros de no sé que orden secreta, que no quisieron identificarse pero no les importó pedir otra rebanada de bizcocho”. Tal afirmación es vertida por la señora Talulah Pérez sin mediar pregunta de nuestro compañero. Es patente, pues, su ansia por contar sus verdades, quién le gusta y todas las cosas.
La Sociedad Secreta, un brazo escindido de un antiguo grupo de “Tocomocho TapperGüare” se reune, desde entonces, al amparo de la débil luz de veinte watios de la bombilla del salón de esta lozana mujer. “Son muchos sí, los domingos se nota el vacío del fútbol, pues esos días sólo vienen unos trece mil parroquianos y dejan un poco de espacio para estirar las pestañas”, afirma la susodicha, persiguiendo a nuestro enviado escaleras abajo, agobiado por las ansias de comunicarse de la estupenda señora.
Escondido nuestro compañero Cliff Headphone en el mueble bar de la vivienda, intenta asistir a una reunión secreta de esta sociedad secreta, menos secreta al comunicar el horario de sus reuniones en el tablón de anuncios del portal de la comunidad de vecinos, extraño sitio al vivir la señora Talulah en casa baja, pero. ¿quién sabe de arquitectura, usted o los boticarios?. Tras la botella de pacharán pasado, Cliff asiste a la lectura de los temas del día. “Dominación mundial encubierta, elección de nuevo Mesías, ruegos y pregunta y café con porras”. A fin de conseguir un efecto teatral, nuestro amigo intenta salir del mueble-bar con dedo de señalar incriminatorio, consiguiendo arrearle un portazo en la cabeza a un abogado de Cuenca, miembro honorario y con un magnífico gancho de derecha, para más inri ( y para más vendas esterilizadas ). Le deseamos una pronta recuperación y nuestros parabienes a los nudillos del insigne letrado.
En la trifulca nuestro nunca bien ponderado Cliff consiguió, en exclusiva, este documento
confidencial de alto valor. Y lo más escalofriante no es que firmen con sangre,
¡es que lo hacen con bolígrafo verde!¡Abyectos seres, yo os maldigo!
“¡No me importan que pasen las tardes aquí, así me hacen compañía, pero podían pagar un día la merienda!” grita Talulah a nuestro enviado, sin temor a que la oigan los trescientos Miembros Oscuros alojados en la terraza de su vivienda, a lo que nuestro entrevistador, sabiamente y con años de profesión en las axilas, hace caso omiso entablando conversación con medio ladrillo, cuajando entre ambos estupendo disimulo.
¡Cuidado!, otra orden secreta, tales como “Albañiles Sincronizados del Advenimiento”, los “Filatélicos Oscuros” o “Viuda de Satanás e Hijos” podrían instalarse en su casa de usted ( y del banco ) ¡e impedirle ver su programa de televisión favorito por estar celebrando una Misa Gris Parduzca!
Redactó con estilosa pluma y sin par donosura Gabriel Panchito Jhonsson.
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