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domingo, 22 de junio de 2008

BICHOS GORDOS DEL CAMPO. ( SEGUNDA PARTE ).

NUNCA PODRÁ DECIR QUE CON NOSOTROS NO APRENDE COSAS, ¡AUNQUE SEAN TONTERÍAS!.

Resumen de lo publicado. En la anterior entrega, el profesor Filomeno, Naturólogo y entusiasta del paté de caballa bizca se interna en el jardín de su urbanización para descubrir secretos y verdades de la cochinilla autotocnoanos...autootoocno...la cochinilla de aquí al lado. Le seguimos con atención armados con un cortauñas para apartar los matojos del camino.

-Estamos tras una fuente de pitorro, agazapados, a la espera de la aparición inminente de la cochinilla. Buenos días doctor-profesor, un gran momento...
-Por ejemplo, la comunión de mi chiquillo, y el convite, ¡eso eran profiteroles!
-No, me refiero a la tensa espera, ¡qué gran momento en la vida de un investigador de los animales¡
-Vaya que sí, vaya que sí. Aquí, a lo menos a veinte metros de casa, sin saber si mañana nos lloverá o vendrá un niño mal encarado y nos pegará un balonazo...yo...perdone que me emocione con lágrimas y todo...¡esta vida es muy dura!...snif

Reconfortamos con un achuchón a nuestro naturólogo favorito y seguimos para bingo. A su vez, repetimos el esquema de interrupción jocosa, que tanto divierte a chicos y mayores. Y mayoras.

-En territorio hostil esperamos la aparición del animal u cosa objeto del estudio...profesor...
-¡Calle calle insensato, ahí vienen, son dos y vienen hablando de sus cosas!
-Eso son dos señoras que vienen de la compra.
-Ah, pues entonces ¡allí, allí esta la cochinilla!
-La cochinilla mira a un lado y otro, se señala a sí misma y con los ojillos pregunta, ¿quién, yo?. ¡Ay profesor, qué emosión tan enorme!. Se me ruborizan las pestañas.
-Es normal, recuerdo cuando perseguía envoltorios de pastelillos mecidos por el viento en el patio de la guardería la semana pasada. Es lo que tiene el estudio y la exploración. La emoción, la emoción es muy grande. Y emocionada. ¡Deme un abrazo, que está usted hecho un explorador de toma pan y moja!.



Resultará harto dificultoso para el ojo no entrenado descubrir la ubicación del profesor Filomeno y nuestro reportero camuflados de gaiteros con bigote entre la maleza.

-Señor Filomeno, ¿qué va a estudiar de la cochinilla?
-Relizaremos una prueba empírica. Ante dos muestras de alimento, sean puré de paella y una miga de pan, a ver lo que elige.
-Está dubitativa...¿le ayudamos a elegir?
-No no no, un investigador debe permanecer al margen del objeto del estudio.
-Ajam. O sea, que no puedo yo intervenir.
-En absoluto, debemos esperar su reacción sin intervención humana.
-Se lo digo porque la citada cochinilla acaba de robarle la cartera y ha entrado en ese restaurante de aspecto carísimo, de camarero de delantal negro, no le digo más.
-Bien, apunto en mi cuaderno de campo: una cochinilla de jardín tiende a ser más lista que servidor y un señor periodista...¿puedo poner que es amigo mio?
-Hombre claro, faltaría más.
-Hala, listo. Y ahora nos vamos a la tienda de mascotas de aquí abajo a grabar a los perrillous.

Chantata chantan chan tata chantata chan ta tachan....Quería ser la sintonía de Nasional Geografí, pero como se la sabrán ustedes de sobra, nos hacen el favor de tararearla al final del reportaje.

domingo, 15 de junio de 2008

BICHOS GORDOS DEL CAMPO. ( PRIMERA PARTE ).

NATURALEZA CON BOTAS EN SÓTANO 71.

Tras casi cuatro años de tejemanejes editoriales, dedicamos dos espacios pequeños y sin alicatar a esos valerosos hombres y hombras de ciencia estudiosos de los animales, esas cosas de cuatro o más patas que ni usan corbata ni comen con cubiertos. El prestigioso doctor Filomeno, Naturólogo Filatélico por la Academia Polainas de su barrio parte en una peligrosísma expedición al corazón de uno de esos países excluidos de las revistas de propaganda de las agencias de viaje. Antes de partir y meter la cantimplora, el radio- transistor y las latas de mejillones en una bolsa del Marcamonas, entrevistamos a este estudioso.

-Ante todo gracias por recibirnos.
-Páseme el atlas de geografía de Polonia, el que está sobre la cama, si me hace el favor.
-Tome, ¿entonces va usted a explorar animales salvajes en el norte de Europa?
-Quite quite, que antes de salir tengo que ayudar al niño con los deberes, tiene examen de las fronteras españolas.
-¿Y el atlas polaco?
-Salía más barato que el español. Además, si de mayor se va a venir conmigo a colgarle latas a los monos en la cola, ya le enseñaré yo lo que necesite saber.
-¿Cómo afronta una persona de ciencia un viaje tan peliagudo para estudiar a nuestros amigous los animales?
-¿Amigous?
-Un punto jocoso, tan en boga.
-Bien, como bien dice, son viajes peligrosísimos en segunda clase, imagine ¡le puede tocar a usted un orondo señor que le tape la salida al pasillo del avión! ¡nada más que peligros peligrosos!

Unos momentos para que el insigne profesor Filomeno deje de corretear por la habitación con las manos en la cabeza y volvemos con lo nuestro.


Con su salakof, en pijama y en su sofá, el profesor afirma con mirada inteligente
"También es verdad, que como en casa en ningún sitio".


-A usted, los animales ya desde niño le gustaban ¿cierto?
-Quite, yo iba para notario. Pero se torció la cosa, conocí a mi señora, nos tocó el sorteo del niño, en el salón lo tiene recortando el sillón, y me busqué un puesto rapidito sin tantas oposiciones. Fui a la oficina de empleo, tenían un hueco para un explorador de animales salvajes con rifle propio y aquí me tiene.
-¿Cómo lo lleva la familia? Verá que estoy realizando una entrevista muy humana.
-Para parecer usted un lemur si que le está saliendo humana. Mi señora no sé, pero yo me tiro mis buenos meses al año con hormigas por la espalda, escalando rios y surcando montañas, y tan a gusto oiga.
-¿Me va a decir usted qué bichos va a buscar por ahí?
-Tengo previsto hacer un rodaje en el jardín de ahí enfrente, sobre la vida sexual de la cochinilla autóctona. Ya luego, si veo que sale aburrido, me iré a rodar leones o algo. ¡Por rellenar, por rellenar je je je!,¡qué simpático me está cayendo usted, pollo!. ¿Se viene conmigo a explorar por esos mundos?.
-No puedo, le tengo alergia a los calcetines.
-Pues venga usted en sandalias.
-Las tribus salvajes podrían mordisquearme los pies, compréndalo. Mire, no le miento, pies más atractivos tengo.
-Ande, pierda los miedos, hombre.
-Bueno, venga, sea.
-Sígame, y no cruce mientras vengan coches.

To be continued...

Un Reportajes Interruptus de Sótano 71.