DE LA SERIE: FRANQUICIAS QUE USTED LAMENTA NO HABER INVENTADO.
Viviendo en este mundo achatado por los cubitos, todos estamos someramente preparados para asistir impávidos a acontecimientos inusitados ante los cuales la tercera edad se ve obligada a replicar “pues eso no pasaba antes”. No es de extrañar, pues, la existencia de mercado destinado a todas las necesidades, recuerden si no la culta cita del insigne profesor Tragabarbas “¡hay mercao pa tó!”. A su vecino le gusta levantarse temprano los domingos y poner rumbo a lo que queda de monte dentro de unas botas de montaña. El señor de la esquina humedece sus lacrimales con bellas polkas coreanas y a usted puede que le guste el chocolate a la taza. Pero hay un grupo de individuos con gran poder adquisitivo que gustan de ser fustigados, por ejemplo, en la raíz de la nuca con un ramo de apio fresco. Y aquí llega una empresa, para ganar dinero a costa de estos últimos.
“Agresión express” es una compañía en auge dedicada al noble oficio de repartir palizas voluntarias entre sus clientes. Todo comenzó aquella bonita mañana de agosto cuando José Mutierrez, repartidor de la antigua “Transporte de Estupideces la Antequerana” accedió, mediante petición expresa y recompensa en metálico, a propinar un leve capón a uno de sus clientes tras un servicio. Esto hizo pensar al bueno de José y al enrevesado encorbatado de su banco la posibilidad de ganar más perricas con esto. Un almacén vacío, un teléfono de rueda y una caja de naranjas fueron las inversiones iniciales de un negocio que no tardó en prosperar.
Tras su paso por el Laboratorio de Crecimiento de Empresas Inauditas, se lanza en plancha al mundo de los negocios “Agresión Express”. Con una llamada de teléfono usted puede ver satisfechas sus ansias de ser abofeteado de las más variopintas maneras posibles. Por sorpresa, con una banda de furibundos estibadores portuarios, por lanzamiento de limones ( u otros cítricos de temporada ) o con la palma abierta; todas las sensibilidades del masoquista aficionado se verán satisfechas ¡siempre antes de las 10 horas del día siguiente!.
Ante el revuelo formado en la Comisión Nacional de Amantes de la Olla Express ( vaya a saber usted por qué.....¿todavía no ha ido?....¡corra!) José Mutierrez, director de la empresa dedicado a ir los días 28 del mes a recoger su manteca, en declaraciones a bordo de un ala delta afirma “ No, no puede usted llamar para que le den una paliza a otro. Esto es un contrato personal e intransferible”. Salvado así el escollo legal, puede usted estar tranquilo de no saltarse a la torera ninguna norma si llama al teléfono que no aparece en pantalla y contrata una paliza para usted mismo. ¡Incluso puede recibirla en su oficina, ante sus compañeros!. Personalmente, no le veo más que ventajas.
Déjenme acabar con un llamamiento. ¡Eh, usted, amigo! ¡Sí sí, usted, el de la mano larga! Sienta en sus propias carnes una azotaina, una golpisa ejecutada por profesionales retirados del wrestling, ¡una señora paliza!. No lo piense más, no deje escapar esta oportunidad de que le traten como a usted le gusta tratar. Apresúrese, ¡una paliza gratis propinada por una panda de gaiteros borrachos puede ser suya por sorteo mensual ante notario!.
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