No abandonamos el teatro y la dramaturgia, pues desde nuestros comienzos habrán notado que siempre apostamos por lo que genera abundante y rápido beneficio económico. Depositen el dinero de la entrada en la puerta y tengan la bondad de no comentar con el vecino que les pareció mejor el libro.
sábado, 28 de julio de 2012
sábado, 21 de julio de 2012
SÓTANO 71 EXPRESS.
CONTROVERSIA PATRIOTERA.
Agencia Bulos Exquisitos.
El compositor Hermann Mayoneso se encuentra al momento del
cierre de edición acorralado en su coqueto ático de la Saranduguemplatz de la
capital Achicoria. Tras días de cómicas persecuciones a cámara rápida por las
calles de la ciudad, un números grupo de prójimos enervados de los nervios
vigilan el más mínimo movimiento de cortinas en el domicilio del músico.
Chupándonos el pulgar y revisando la hemeroteca, Mayoneso
fue el designado para la composición, los arreglos y la coreografía del nuevo
himno Achicorio. El encargo fue propiciado por la caducidad del himno anterior,
cuyos versos eran poco apropiados para estos tiempos de concordia
internacional, comenzando la soflama tal que así: “Achicoria sojuzgará con pie
de hierro a los pueblos enemigos. Todos los pueblos son enemigos de Achicoria
porque no los entendemos cuando hablan y seguro que conspiran.” El remeneo
social comenzó al saberse el precio a pagar por el gobierno al músico: unos
tres mil machacantes la semifusa y un complemento de un cincuenta por ciento
por las corcheas. Se atribuyó lo adecuado del precio a la trayectoria de
Mayoneso, con grandes temas patrios en su haber como “El vals de los
peloponesos”, segundo himno reserva en Magiar Posta y “Tinonino-ninonaní”,
composición que arranca aún lágrimas a los deportistas representantes de la
gran nación de Irrisoria.
En un intento por abofetear las vanguardias y ser sacado a
hombros por las mentes más preclaras de poniente, Mayoneso ejecutó un
arriesgado ejercicio de sinceridad. Su composición fue aprobada en el
parlamento Achicorio por una abrumadora mayoría, que alabaron sobre todo “lo
bien rematados que estaban los frescos del techo, casi pasando desapercibido
los puntos en donde impactaron las flechas de los navajos que asaltaron el
congreso en el setenta y nueve”. Presentada por la Afilarmonikamachicoriëm e
interpretada por el sin par tenor Capuchini, el respetable público no tardó en
rasgarse las vestiduras, botar cual monos en el patio de butacas y organizar un
festival de desmayos de tintes dieciochescos. El himno, del que solo ha
trascendido una breve estrofa, comenzaba con “Achicoria es bonita y tiene mucho
verde silvestre. Pero la que es bonita de verdad es la vecina República de
Cafeterëm. Unas playas sin par y una balanza comercial chapada en...chapada en
oro ( coros ) “
Por lo apretado de su agenda, repleta de maniobras de
despiste para evitar los tumultos, Hermann Mayoneso no ha podido realizar
declaraciones a este medio. Hemos intentado comunicarnos con él a través de
gestos de un lado a otro de la calle, pero no terminamos de captar bien los
matices de sus meneos manuales tras la ventana. Algunos compañeros de la
reunión creen que asegura “estar muy arrepentido, lamentar el malentendido y
asegurar que cesará en su empeño” y otros creen adivinar que intenta gesticular
el título de una película, “Las tribulaciones de un chino en China” para más
señas.
martes, 10 de julio de 2012
CRÍTICA CINEFÓBICA.
“NO SIN MI POLTRONA” (1972).
Celuloide revisado fotograma a fotograma por Heriberto
Bisoñé.
El título que nos ocupa marcó una descarnada y profunda
dentellada en el cine de autor de los años del bigote y la pernera de elefante.
Este opresivo ensayo ha trazado con tiza el cauce a seguir por títulos
preocupados en lo político-social tan influyentes en el mundo de hacer cola en
taquilla como “Liberteratum” , “A mí que me registren” (Register me as you can)
y “La Lola nos lleva al Congreso”. Por todo ello es importante conocer algunos
datos de ella para poder poner cara de suficiencia en la estantería de deuvedeses
de su centro comercial más querido.
Su director, Emil Posturitas, también se encargó de la
adaptación del guión, el plegado de las hojas y de arrancar las grapas que no
terminaban de penetrar el papel. Según recoje su biografía no póstuma y ligeramente
autorizada, “Querían rodar en tonos sepias directamente, para ahorrar usando un
antiguo rollo de cinta sin usar de Los Diez Mandamientos 2: La letra
pequeña.[...] Yo me esposé a la barra de un bar y no me solté hasta conseguir
que la cinta tuviese ese tono entre azul y verde enfermizo que hoy la decora.
Mi caprichitos, mire”. La historia, desarrollada en tres horas y cuarto con un
descanso de quince segundos para preguntar por el pipí-can, orbita alrededor de
Algenzo Periboña, candidato a Comendador de la Cucaña, en la inhóspita región
transalpina del Triquitriqui. Recogido en su juventud por unos zíngaros sin la
menor visión de futuro, se relata su periplo infantil usando los mismos
decorados que el famoso film “Me casé con un hombre lobo y no le dejé salir por
las noches” (“No more full moons for the married Werewolf”). Para algunos se
trata de un erudito guiño de ojos al connoisseur cinéfilo. Para otros es tener
más cara que una esfinge.
Los bosques brumosos dan paso a los comienzos en la política
local de Algenzo. Su característico arrastrar de pies se ha atribuído al
simbolismo inherente de cargar sobre sus hombros con la trama y a su vez con la
responsabilidad de retratar a los esforzados hombres que se encargan de bombear
esperanza a la marchita democracia. Posturitas añade a la cuestión “creo que le
dieron unos zapatos dos tallas más pequeñas. No dijimos nada en su momento y
creo que los pasos torcidos y la cara de sufrimiento en los primeros planos
rellenaron mucho simbolismo de ese”. De
la mano del candidato recorreremos el carácter único de los hombres y mujeres
de la Cucaña, que con su impresionista retrato de marcados e inquietantes
claroscuros, obra de un vecino de Luiso Buñuelo, nos transporta a nuestro yo de
antes de ahora, único e inquebrantable, resignado al sacrificio y al mangoneo
ajeno. Posturitas, con su bien conocida modestia, le quita mérito al asunto
“rodábamos casi siempre a primeras horas de la mañana, cuando las autoridades
del pueblo andaban enfrascados con el desayuno. Todos los figurantes son
habitantes del pueblo y todavía deben andar esperando salir en el reportaje del
Informe Quincenal una noche de estas”.
![]() |
Cartel galo del film. |
El nudo gordiano de la película, su leif-motiv, en
definitiva el intríngulis, acontece cuando el gobierno de la Cucaña en pleno
debe dimitir por una trama oscura y siniestra obcecada por no dejar cambio de
monedas en las arcas municipales. Algenzo, sin resignarse y creyéndose
absolutamente libre de toda culpa, resiste en el hemiciclo en una memorable
escena de veinte minutos donde se le ve
sentado en su escaño en mitad de un hemiciclo vacío. Esta porción del metraje retrata el aislamiento a la que
conduce el camino recto y el absorto estupor que traslada la pantalla cuando el
espectador, en su soledad, se relaciona con el personaje y se identifica con él
en ese acto de absoluta inacción. La revista especializada Les Agujerés Du
Celuloide dijo en su momento “Es la obra cumbre de la denuncia política desde
las entrañas. Posturitas nos hace olvidar que hasta el momento solo había
dirigido publireportajes de Gaseosas Primorosas.” El director volvió a probar
suerte en el mismo terreno con “Discurso de hiel”, “Es que sus señorías no
callan ni metidos en un saco” y la coproducción franco-transiberiana “El
ministro invisible”( Невидимый министра), con
desiguales resultados.
Recomendamos encarecidamente su visionado a todo aquel
cinéfilo con carnet que solo esté dispuesto a asistir en la pantalla a
persecuciones por un ideal, explosiones en la conciencia y tacos provocados por
la angustia vital.
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