Se las prometían felices los Condeses de Churrasco al haber logrado al fin encajar a su Obdulita del alma con un señor, en principio de buena posición. “Es un influyente cargo internacional” afirmó la joven para alborozo de sus nobles padres, con un cuarto tapizado de títulos nobiliarios pero con la cuenta bancaria tiritando. Para evitar la espantada del futuro yerno, los Condeses apalabraron los canapeses, pasaron la mopa al salón-comedor e invitaron a todos sus conocidos a la fiesta de pedida de mano: a los que apreciaban y a los que pretendían ponerlos verdes de envidia. Pero todo se fue a la porra, o a hacer puñetas, si usted lo prefiere.
Siempre según fuentes cercanas de la familia o en algún caso un señor que paseaba al perro frente a la residencia de los condeses, empezó a escamar a algunos la forma de llegar del prometido: a bordo de una carroza tirada por dos corceles azabaches exhalando fuego y rodeados de bruma, hechos estos que no extrañan a los acostumbrados a bregar con las excentricidades de esta clase social tan variopinta. Los comentarios ocurrentes, los sorbitos alcohólicos y los saqueos de piscolabis fueron interrumpidos cuando los futuros prometidos bajaron las escaleras, que hubieron de ser de aluminio de esas de limpiar estanterías por arriba al contar la residencia sólo con planta baja ( parece ser tradición la bajada de escalera, tal y como las vedettes en las revistas ). El tipo, aun con porte distinguido, presentaba un aspecto enjuto, arrugado, de sonrisa aviesa y un tanto amoratado. Claro, que en comparación con la hija de los Condeses, no desentonaba demasiado.
El conocimiento de los padres de ella con el propio él había sido tirando a nulo, por lo que sabían más bien nada de su vida y milagros. La pregunta fatal fue lanzada por el Condés, “ ¿A qué se dedica pollo?”, “Soy el demonio, suegro”. Las suspicacias aparecieron por las esquinas, ya que los presentes dudaron desde el primer momento que Obdulita fuera a colocarse en tan buena posición social. En declaraciones de la madre de la criatura, “notamos que no era rojo, lo cual en principio nos chocó al relacionar siempre al señor demonio con ese color, pero no nos importó: no nos va demasiado lo rojo”. El error de este presunto demonio fue relacionarse con personal con bastantes antecedentes de venta de alma y tratos con su satánica majestad. Dado lo cual, un par de influyentes empresarios empezaron a difundir el rumor: aquel autoproclamado demonio no era tal, ellos habían cenado con el auténtico y era bastante distinto.
El rumor reptó por la sala hasta llegar a la silla de los suegros, susurrado al oido por un comercial de finas sedas de Groelandia. La tristeza se hizo patente en el rostro del Condés, que suplicaba “¡no me chafe usted el bodorrio, hombre!” mientras los comensales apartaban los cubiertos de alrededor, temiendo por la entereza del pellejo del mensajero. En un cuartito aparte, y mientras los invitados, ajenos o no al asunto, daban cuenta hasta de las servilletas de hilo, el demonio hubo de poner las cartas sobre la mesa. “Es cierto, no soy El demonio...he de admitir que soy Un demonio...pero sepa que amo a su hija por esa maldad tan suya...y sepa también que preparo oposiciones para auxiliar administrativo del quinto círculo del infierno”.
Una instantánea del evento: el demonio relata con acierto una anécdota
infernal mientras el pelota de turno ( a su lado ) le rie las gracias.
Las relaciones están deterioradas desde entonces. “El compromiso no está roto, sólo nos damos un tiempo”, declara Obdulita. Por su parte, el señor padre Condés afirma “a mi con tal de que se lleve a la niña, casi me da igual que apruebe las oposiciones o no...y siempre tendremos casa para ir una temporadita de vacaciones al infierno. A mi señora le hace cierta ilusión poder restregárselo a las vecinas”.infernal mientras el pelota de turno ( a su lado ) le rie las gracias.
Fue una crónica social infernal de María Angustias Sonajero, presidenta del club “Salvemos al pollo tomatero”.
4 comentarios:
Estimados señores de la cronica social,
No desprecien una oposicion satanica, aunque sea a tecnico tipo B, que el trabajo fijo esta muy complicado, sobre todo cuando es a toda la eternidad. Ademas, el pollo parece buen partido; a mi prima tercera le pidio la mano el monstruo de la laguna negra y ahora tiene los techos llenos de humedades. Con algo de suerte, incluso les toca salita con vistas al Tartaro y asi se entretienen en las largas veladas infernales en casa de su nena. Siempre suya,
Mari
Nunca bien ponderada señorita Patiño, dos puntos aparte
Anda la cosa sentimental achuchada estos milenios, con la subida al poder de los comunistas y demás contubernios. Hago mia la opinión ( y además la registro ) de que no se puede dejar pasar a un buen mozo ( o regularillo ) con posición y aspiraciones a posibles por su condición de diablo...o porque tenga bigote, si fuere el caso. Reciba un cordial saludo por correo certificado.
Muy atentamente: Srta. Mª Angustias Sonajero.
¿No tendrá por un casual un primo o un hermano casadero?
Sería hermoso casarlo en segundas nupcias con mi suegra, y que traslade su residencia al país de Pedro botero.
No se arrepentirá, sólo ronca cuando duerme y zurce los calcetines de maravilla.
Mucho interés veo en usted por deshacerse de la señora madre de su señora esposa. Este demonio anda ya en trámite de bodas, pero en cuanto se divorcie será usted el tercero en enterarse.
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