Estamos acostumbrados a recibir innumerables mailes conteniendo preguntas de gran interés humano, social o sin interés alguno. A su vez, los remitentes dubitativos de estas incógnitas se están empezando a acostumbrar a que no le respondamos, es más, empiezan a habituarse a que no le hagamos maldito caso. Teníamos un hueco libre que ha dejado una estantería de la que nos hemos deshecho con mucha pena, y vamos a aprovechar para contestar algunas de estas inquietudes, todas no, porque necesitaríamos demasiado sitio. Si nos ha remitido una duda y no la encuentra resuelta, tranquilo, es probable que en un futuro cercano la situación persista e igualmente no le respondamos.
-Agustín Hipotenuso desde Morral de Bruces nos pregunta: Desde hace días he venido observando que al teclado de mi ordenador le han brotado pelos por diversas lugares de su carcasa. ¿A qué se debe?
Como no tenemos ningún experto a mano en este campo ( y dudamos encontrarlo en los próximos cinco minutos ) le contestaremos nosotros. Puede deberse motivos diversos, si adquirió su teclado hace bastante tiempo, puede que se haya hecho mayor, por lo cual es previsible que en fechas venideras pretenda emanciparse o lo que es peor, le pida el coche o vinículo prestado los fines de semana ( dinero de consumisiones aparte ). De lo contrario, puede que tenga un genuino teclado-lobo que sufre cambios en noches de luna llena. Incluso, si usted posee una tupida barba, los pelos podrían ser incluso suyos propios, haga un análisis de adn en la farmacia de la esquina para cerciorarse.
-Mari Carmen Anillas desde Guindenmaro la Real nos inquiere: Recientemente, en el transcurso de un experimento químico de importancia, el elemento fosfórico que manejaba entró en ebullición, a consecuencia de lo cual perdí las cejas. ¿Qué puedo hacer?
Contestaremos esta duda aunque esté relacionada con la estética, porque salta a la vista que los redactores de esta casa no entienden ni jota de esta materia. Como solución rápida, armada de unas tijeras proceda a cortar un trozo de proporciones generosas del felpudo de bienvenida de su vecino. Tras esto y ayudada por un espejo y cola de carpintero, fabrique un par de arcos de medio punto con el material del susodicho felpudo y lo pega usted con maña sobre los ojos, nunca por debajo porque parecerán ojeras. También puede usar usted para tal fin medios tan diversos como betún para zapatos con dosificador o portarse mal hasta navidades y esperar que le regalen carbón, que convenientemete remojado, usará para el citado fin.
-Ruy Blas de los Cisnes desde Goboña tiene una duda: Tengo por costumbre insultar de forma sonrojante al señor del tiempo cada tarde tras la comida. Actuo de esta manera porque casi nunca acierta sus pronósticos, pero temo que un día salga de la pantalla y me azote con el teléfono de la ducha ¿es probable que ocurra?.
Existen casos documentados, acaecidos en lo más profundo de los EEUU, de telepredicadores que han emergido de la pantalla del aparato de televisión para reprender la actitud pecaminosa de los televidentes. Los meteorólogos, por lo menos que se sepa, no cuentan con los poderes divinos con los que han sido agraciados estos iluminados, por lo que sería poco probable que esto ocurriera. No obstante, tenga cuidado si usted vive cerca de los estudios de la televisión desde donde se retransmiten las noticias, no vaya a ser que lo escuche despotricar a través de la ventanta y vaya en persona a darle un escarmiento.
Nos habían remitido algunas dudas más, que dejaremos para otra ocasión porque no pretendemos resolver todos los problemas del mundo de una sentada. Cuando al señor que lleva esta sección le apetezca, volverá a considerar sus inquietudes vitales, hasta entonces, buenas noches.
Resolvió dudas Jhonsson Sandalias, constructor de monumentos a escala con mondadientes.

Nuestro compañero hace como que resuelve sus dudas mientras se troncha de la risa.